Arrancó la temporada y los resultados fueron mejor que las sensaciones. Victoria sufrida contra el Sevilla (1-2) para sumar la Decimotercera Supercopa de España. Triunfo holgado frente al Alavés (3-0) en el estreno liguero, mal partido solventado por la mínima en el patatal de Pucela (0-1) y exhibición magistral –pese a la endeblez defensiva– contra el Huesca (8-2). No estamos ante un Barça que enamore, al menos por ahora, pero vence. Y convence.

El parón de selecciones puso el freno a ese inicio demoledor de resultados que aupó al cuadro de Valverde a la primera plaza de la clasificación. Esas primeras semanas sirvieron para intuir el once de gala, liderado en la faceta ofensiva por los cuatro fantásticos: Coutinho, Dembelé, Luis Suárez y y el gran Leo Messi.

El astro argentino, ninguneado por UEFA y FIFA, es la estrella alrededor de la cual girará una vez más el juego del Barça. No tiene sustituto ni posición fija en el campo pero todos los sistemas se adaptan a él. Si el esférico llega en buenas condiciones a Messi, el peligro es inminente.

Fichajes pensados para el 4-2-3-1

La plantilla azulgrana ha sido confeccionada para jugar en base al esquema que Valverde puso de moda el curso pasado: un 4-2-3-1. Con este dibujo en mente, se entienden a la perfección todos los fichajes ejecutados este verano por Eric Abidal.

Clement Lenglet, con el ex azulgrana Lucas Digne, en uno de sus primeros entrenamientos con el Barça / EFE

Sin novedades en la portería, Marc-André ter Stegen seguirá siendo ese pilar de valor incalculable que sube como la espuma desde que Claudio Bravo abandonó la disciplina azulgrana en 2016. Su relevo, de garantías pese a las pocas oportunidades que tiene, seguirá siendo Jasper Cillessen.

En defensa el Barça incorpora un refuerzo y varias bajas. Lenglet luchará por rascar minutos a la pareja titular de centrales, Piqué y Umtiti. Su llegada agrava la situación de Vermaelen, destinado a ser el cuarto central y a punto de terminar contrato: finaliza el 30 de junio de 2019.

El nuevo central galo también suena como alternativa a Jordi Alba en el lateral izquierdo, la única posición que no está doblada. La marcha de Digne no ha sido solventada con otro fichaje y será el jugador del filial Juan Miranda quién, en caso de necesidad, desempeñe ese rol.

'Overbooking' en el medio

El lateral derecho, en cambio, mantiene la misma situación que el año pasado: un futbolista puro para esa posición pendiente de mejorar, Semedo, y un centrocampista de la casa reconvertido a lateral que se mantiene como titular, Sergi Roberto.

Una foto de archivo de Arturo Vidal jugando con el Barça / EFE

En el centro del campo hay overbooking. Pese a las constantes tentativas de Abidal por cerrar un nuevo crack para la medular Pogba, Rabiot y De Jong siguen en la agenda del secretario técnico para el mercado de invierno–, Valverde cuenta con hasta 11 efectivos para tres posiciones.

Busquets, Arturo Vidal y Samper simbolizan el medio más defensivo, aunque con matices: mientras el de Badía combina destrucción y construcción a partes iguales, Vidal es el curioso ejemplo del destructor goleador, un perfil muy interesante para el técnico si las lesiones lo respetan.

Luego vienen Rakitic, Arthur y Aleñá, perfiles de mediocentro constructor y con llegada, pero con capacidad para sobrevivir en el doble pivote de ese 4-2-3-1 o del 4-4-2.

El doble perfil de Coutinho

El falso medio lo representa Coutinho, un centrocampista con piel de delantero. El brasileño es la punta izquierda en cualquiera de los dos esquemas antes citados, mientras que en 4-3-3 tiene asignado el rol de interior, a lo Iniesta, con tres delanteros puros por delante. Su recambio natural es Denis Suárez, todavía lesionado, y con vistas al futuro es obligatorio contar con Riqui Puig.

Riqui Puig convirtió un penalti contra el Tottenham

Además de estos nueve fijos para la medular, hay que tener en cuenta que tanto Sergi Roberto –como hizo frente al Alavés– como Rafinha pueden desempeñarse en esas posiciones.

El menor de los hermanos Alcántara podría ser también el hipotético recambio de Messi en caso de que, por algún motivo que ningún culé desearía jamás, no pudiese jugar. Aunque lo normal es que el día que no esté Messi –sin considerar la Copa– jueguen sus tres mosqueteros: Luis Suárez, Coutinho y Dembelé.

El francés simboliza el extremo puro del Barça. Ambidiestro, capaz de jugar por derecha e izquierda indistintamente, es un diamante en bruto al que falta mucho por pulir. En el 4-3-3 jugará por delante de Coutinho en la izquierda. En el 4-2-3-1 su rol será por banda derecha, con Messi más centrado.

Malcom, para poner las pilas a Dembelé

El relevo puro de Dembelé es otro de los nuevos, Malcom. Su pierna buena es la izquierda, lo que le hace más peligroso por banda derecha, donde jugaba en el Girondins. Sin embargo, en Brasil era especialista en generar desequilibrios por la zurda. A priori es, de los nuevos, el jugador cuya integración está siendo más complicada. Cabeza, paciencia y sangre fría.

Malcom durante un entrenamiento del Barça / FCB

En punta sigue el mejor amigo, vecino y confidente de Messi, un goleador letal capaz de anotar más de 150 tantos desde que llegó al Camp Nou en 2014. Luis Suárez ha cambiado la sombra de Paco Alcácer por un joven delantero de la casa que vuelve con idea de quedarse, Munir.

En total, 26 jugadores a disposición del míster aunque, de facto, dos de ellos pertenecen al filial. Será difícil que Puig tenga oportunidades este curso debido al overbooking en la zona media, pero Miranda sí que podría participar en perjuicio del filial, que tampoco tiene lateral izquierdo alternativo.

Los 26 de Valverde

Ter Stegen/Cillessen

Sergi Roberto/Semedo

Piqué/Lenglet

Umtiti/Vermaelen

Jordi Alba/Miranda

Busquets/Arturo Vidal/Samper

Rakitic/Arthur/Aleñá

Coutinho/Denis Suárez/Riqui Puig

Dembelé/Malcom

Messi/Rafinha

Luis Suárez/Munir