Los premios The Best se saldan con un nuevo escándalo que favorece al Real Madrid y perjudica al Barça

Ousmane Dembelé hace doblete. El delantero del París Saint-Germain ganó el Balón de Oro y, el pasado martes, se llevó el The Best que organiza la FIFA. Aficionados, periodistas, futbolistas y entrenadores hicieron sus votaciones, cada una con un valor del 25%, y premiaron a Luis Enrique como mejor técnico y a Aitana Bonmatí como la mejor jugadora del planeta, con tres galardones consecutivos.

El podio masculino estuvo formado por el mosquito, Lamine Yamal en segundo lugar y Kylian Mbappé en el tercero. Lo mismo sucedió con los entrenadores. Lucho se impuso a Hansi Flick. Lo más injusto de la gala The Best, por eso, no fueron los triunfos del PSG en los comicios, sino la ausencia de Raphinha en los premios.

La ausencia de Raphinha

El 11 del Barça no terminó ni en el top 3 de mejores futbolistas, a pesar de que sus números, 34 goles y 26 asistencias, le hacían plenamente merecedor de ello. También los éxitos individuales, muy por encima de los conseguidos por Mbappé, que terminó con el casillero de títulos a cero, mientras que Rapha se coronó con Liga, Copa del Rey y Supercopa de España.

La injusticia se trasladó al once de la temporada. Una alineación que, al menos, tuvo a Pedri acompañando a Lamine Yamal. El escándalo, sin embargo, se agrava con la presencia de otro jugador del Real Madrid. La FIFA coló a Jude Bellingham entre los jugadores escogidos, dejando la línea de ataque en tan solo dos delanteros: Dembelé y Lamine, pero no Mbappé, que sí estuvo en la terna final.

Infravalorado

La temporada del 5 merengue ni se acercó a la de un Raphinha claramente perjudicado por las votaciones. La presencia de Cole Palmer, más que discutible, se puede llegar a entender con la consecución del Mundial de Clubes, así como la de Virgil van Dijk por representar a un Liverpool campeón de la Premier League.

FIFPro no valoró a Raphinha. Tampoco France Football, que le dejó en la quinta posición por el Balón de Oro. Ahora es la FIFA la que minusvalora al extremo de 28 años y coloca a Bellingham sin motivo.