El FC Barcelona y los cuatro grupos que conforman la Grada d'Animació siguen en pie de guerra. Sin resolver un problema que penaliza al equipo. "Y no se vislumbra una solución rápida", asegura a Culemanía una de las dos partes. Joan Laporta, presidente barcelonista, insiste en cobrar los 21.000 euros de multas con los que fue penalizado el club para levantar el veto actual. Almogàvers, Nostra Ensenya, Front 532 y Supporters Barça, "por principios", no están por la labor de abonar dicha cantidad. Una cantidad que el Barcelona puede ingresar en un solo partido con la venta de los 570 disponibles de la Grada d'Animació.
"Esto no va de sanciones económicas que no queramos pagar, hay mucho más de fondo", aseguran en la Grada d'Animació. "Hay infinitas razones que dejan ver las intenciones de esta junta directiva, priorizar un modelo de negocio donde sale muy perjudicada la masa social más cercana y fiel. Están vendiendo el club económica y socialmente", añade un representante de los grupos.
Precios para el Leganés
Muchos socios y peñistas del Barça denuncian que la actual junta directiva "prefiere captar a turistas y aficionados esporádicos antes que premiar a los seguidores más fieles". En el próximo partido de Liga que se disputará en Montjuïc, contra el Leganés, las entradas más económicas cuestan más de 100 euros.
El precio de los asientos ubicados en el córner cuestan 108 y 114 euros, mientras que las entradas de gol cuestan 121 y 132 euros. En algunos casos, el club aplica descuentos que reducen sensiblemente el precio final. Si multiplicamos esos 570 asientos por 100 euros resultan 57.000 euros. Es decir, solamente con un partido en que se vendan las localidades de la grada se puede ingresar prácticamente el triple de la multa pendiente. A nivel anual estaríamos hablando de 1,7 millones de euros.
Objetivo: 5 millones anuales
Los cuatro grupos de la Grada d'Animació contaban con 1.300 asientos en el Camp Nou. En Montjuïc, el club destinó menos de 600 entradas por partido, aunque solo 17.000 abonados del Barcelona retiraron sus carnets, la pasada temporada. En el caso del nuevo estadio, estaríamos hablando de una facturación anual de casi 4 millones de euros con la venta de los 1.300 asientos destinados a la Grada por 100 euros cada uno. La facturación que podría asegurar el club podría asuperar los 5 millones, ya que los precios en el nuevo coliseo blaugrana serán más elevados.
A una media de 100 euros por entrada, el Barça podría ingresar 57.000 euros. Es decir, casi tres veces más del dinero que el club ha pagado a la Liga, la UEFA y la Generalitat de Catalunya por insultos de sus aficionados.
Las peñas del club
Laporta nunca ha tenido una buena conexión con las peñas del Barça. "Son un contrapoder", asegura el presidente. Su rechazo contrasta con la afinidad, por ejemplo, que tenían Josep Lluís Núñez y Joan Gaspart con el movimiento peñístico, que vivió un gran crecimiento en las dos últimas décadas del siglo XX.
La Grada d'Animació del Barça fue aprobada en 2016 por el expresidente Josep Maria Bartomeu y los Mossos d'Esquadra. Sus abonados debían pasar estrictas medidas de seguridad y su implementación fue aplaudida por técnicos y futbolistas del primer equipo. El más explícito fue Xavi Hernández.
Malestar de Laporta
Los cuatro grupos de la Grada mantienen su propia idiosincrasia y autonomía. "Nos separa nuestra visión del club y nuestro modelo de animación, pero nos une nuestro amor al Barça", sostiene Albert Yarza, portavoz de Almogàvers, peña fundada en 1989.
Los problemas entre el presidente barcelonista y la Grada comenzaron la pasada temporada, cuando algunos aficionados cantaron el "Barça sí, Laporta no" que indigna al máximo dirigente. En el club creen que el grupo más radicalizado es Supporters Barça.
Sin reunión
Laporta y su eterno admiten que la mayoría de los abonados de la Grada son "pacíficos" y que una minoría "hace mucho daño". "El problema es que desde la directiva no quieren reunirse con nosotros para trabajar por una animación mejor", lamentan los portavoces del Espai d'Animació. Con discreción, no obstante, se han hecho algunos movimientos, que, de momento, no han dado resultados.
Con Laporta en la presidencia, el Barça ha recortado la partida destinada a la seguridad del Camp Nou, primero, y Montjuïc, después. "En el Camp Nou, las cámaras podían identificar cualquier incidente. En el Lluís Companys, no", lamenta un portavoz de la seguridad privada del Barcelona.
El malestar de Fort
Los elogios de 2021 de Laporta a la Grada se han transformado ahora en críticas y quejas. El entorno del presidente también denuncia la pancarta con la inscripción "Flick Heil" que exhibieron dos aficionados del Barça en Mónaco. Elena Fort manifestó su repulsa en redes sociales."Indigno. Vergonzoso. Asco y tristeza que alguien que dice querer al club actúe de esta manera. Todo tiene un límite. No se puede volver a repetir nunca más. Nunca más", escribió la vicepresidenta barcelonista.
Fort, indignada, también expresó su malestar a simpatizantes de la Grada, quienes recibieron el siguiente mensaje: "Esta pancarta la pagaremos todos muy cara". Su predicción se hizo realidad dos meses después.