Vaya por delante que me parecería increíble que ahora le cayeran encima las 10 plagas de Egipto por haber perdido un partido. El Barcelona es un equipo terrenal, como todos los otros, y merece poder perder un partido, dos, tres y los que sean por haber jugado peor que su rival. Esto es lo que ocurrió en Anoeta y no pasa absolutamente nada. A partir de esta premisa, considero imprescindible hacer unas consideraciones al respecto.
De entrada, el arbitraje. Es de tener la mente de un equipo muy pobre, alegar el arbitraje y la nueva tecnología como excusas. Nada es infalible, pero hacer de ello una cuestión de Estado me parece absolutamente desproporcionado a lo que han vivido otros clubes anteriormente. Sin ir más lejos, el Espanyol ante el propio Barcelona o el mismo Real Madrid en el clásico. Obvio que todo es mejorable y la inteligencia artificial nos ayudará a entender que todo está sujeto al error. Ni la IA podrá desvanecer lo que siempre va implícito a cualquier acción: el derecho a equivocarse. Pero, precisamente por ello, porque es un aspecto inherente a cualquier momento, equipo o jugada, hace que se democratice el error y se reparta entre muchos. No se puede ganar siempre.
Segundo punto: la jugada táctica. Imanol Alguacil ganó la partida a Hansi Flick y es normal porque los rivales del Barcelona han desenmascarado, a base de unas cuantas jornadas y de analizar todas ellas, el sistema de Flick. Otro ejemplo de lo que hablo: sin ir más lejos, el regreso de Lamine Yamal posterior a la Eurocopa, chutó algunas pelotas fuera del área con el estilo al que nos acostumbró en la Roja, pero que ya no le salieron bien. ¿El motivo? Le leyeron el cuento y Lamine no ha tenido más remedio que reciclarse.
Volviendo al ahora, al alemán le toca pensar, estrujarse un poco más la cabeza y encontrar alternativas que sigan sorprendiendo y dejando en jaque al rival. La táctica practicada hasta ahora, ha terminado.
Por último, los números nunca fallan. No hace falta tapar una derrota merecida con excusas demasiado flojas. Alguacil dijo que, viendo el partido, la victoria de su Real Sociedad debería haber sido más abultada. Y razón, no le falta: 6 remates a puerta de los donostiarras por 0 de los barcelonistas; 11 pases de gol por 9 de los culés; 3 por 4 fueras de juego; 7 por 6 córners; 1 por 5 paradas. Y un último detalle, en las derrotas en Liga, el Barcelona ha jugado sin Lamine… Que todavía no es Messi. Otro día será.