Noche amarga para los azulgranas en Kaunas. El Barça de basket llegaba con la aspiración de clasificar a la final de la Euroliga, pero no fue capaz de superar (66-78) al Real Madrid en el enfrentamiento. Los dirigidos por Jasikevicius mostraron una imagen competitiva en los triples a partir de la gran aportación de Alex Abrines --líder culé con 16 puntos--, pero la desaparición total de Jan Vesely y Nikola Mirotic sentenció por completo las aspiraciones del equipo.
Los triples impulsan al Barça
El clásico en Kaunas arrancó con el Barça inspirado desde fuera del perímetro. Los culés no estaban del todo acertados en las acciones más cercanas a la canasta, pero encontraron en los triples la posibilidad de competir contra el equipo merengue. En este sentido, la gran figura de los azulgranas estaba siendo Álex Abrines, que mostró una versión dominante en ataque con varios triples sucesivos para ayudar a los suyos.
El porcentaje de acierto en el triple del Barça estaba siendo descomunal. Ayudaba a compensar el decepcionante partido de Jan Vesely y Nikola Mirotic, quienes restaban demasiado a las jugadas ofensivos del elenco catalán. Ambos estuvieron desaparecidos, pero Abrines, Kuric y Satoransky mantuvieron a flote al equipo. Su aportación permitió llegar al descanso con una buena ventaja (42-36) sobre los madrileños.
El Barça cae en la frustración
Sin embargo, el tercer cuarto fue un caos total para los dirigidos por Jasikevicius. La precipitación en ataque se hizo notable y empezaron a sufrir en la pintura contra Walter Tavares, que fue clave para el Real Madrid al momento de recortar la diferencia y voltear el marcador. Pudo ser un tramo mucho más complicado, pero dos triples de Laprovíttola significaron una bombona de oxígeno (55-58) a los jugadores culés.
Los nervios empezaron a consumir a los dos conjuntos. El comienzo del último cuarto estuvo marcado por los errores en los tiros, siendo Laprovíttola la única excepción con un triple que igualaba las acciones. Aunque poco a poco cambió la dinámica a favor de los merengues, especialmente con un Sergio Rodríguez que encadenó hasta siete puntos consecutivos para meter presión a Jasikevicius. Un momento difícil de la noche en Kaunas.
Los primeros minutos puntos de Mirotic llegaron a falta de cuatro minutos para terminar el encuentro y sirvieron para recortar la diferencia. Pero a cada punto del Barça, llegaba otro del Real Madrid que cortaba cualquier tipo de reacción azulgrana. La frustración de los culés se apoderó para la recta final y los merengues no perdonaron para marcar una diferencia definitiva. Un triunfo que les permite jugar la final de la Euroliga contra el Olympiacos.