La felicidad del Barça contrastó con la frustración del Espanyol. La impotencia. La rabia. Tras la derrota que complica la salvación del equipo blanquiazul, a los aficionados blanquiazules no les gustó que técnicos y jugadores barcelonistas celebraran la Liga en el RCDE Stadium. La mayoría pitó y profirió algún insulto, pero detrás del fondo de Cornellà los ánimos estaban mucho más crispados y se produjo una invasión de campo que obligó a los campeones a retirarse del terreno de juego.
Ultras del Espanyol saltaron al campo y arrasaron con todo lo que encontraron, como vallas. Volaron varios objetos y los jugadores del Barça se salvaron por los pelos. Algunos radicales del Espanyol accedieron al túnel de vestuarios. Sergio Busquets, Marcos Alonso y Araujo se encararon con ellos, recriminándoles su actitud antideportiva y violenta.
Rivales de los Boixos Nois
El dispositivo de seguridad del Espanyol falló por completo y ahora el club se expone a una sanción grave, ya sea económica o el cierre del campo. Sería la primera vez que ocurre en el RCDE Stadium.
La invasión de campo de los aficionados del Espanyol recordó tiempos pasados. Los tiempos de los Brigadas Blanquiazules, uno de los grupos ultras más temidos del fútbol español, rivales históricos de los Boixos Nois y amigos de los Ultras Sur, del Real Madrid.
Las Brigadas Blanquiazules fueron un grupo ultra de extrema derecha, con muchos hijos de familias adineradas de la zona alta de Barcelona que convivían con jóvenes del extrarradio de la capital catalana. Sonados fueron sus enfrentamientos con los Boixos Nois, sobre todo el del 13 de enero de 1991 cuando los ultras barcelonistas atacaron a seguidores radicales del Espanyol, provocando la muerte de Frederic Rouquier, conocido ultra blanquiazul.
La Curva RCDE
En los partidos que se disputaban en el antiguo campo de Sarrià era habitual ver banderas nazis y con la cruz céltica. Con el traslado al Olímpic Lluís Companys, en 1997, los ultras perdieron protagonismo y visibilidad. Y fueron casi erradicados con la marcha del Espanyol al actual estadio, en 2009.
El Espanyol, como la mayoría de los clubes de España, tiene su propia grada de animación, la denominada Curva RCDE. En la misma conviven antiguos Brigadas y jóvenes con estética casual o pija, y están mucho menos radicalizados que los ultras de los años 80. Contra el Barça, sin embargo, emularon a la vieja guardia de las Brigadas Blanquiazules con una vergonzosa invasión que puede pasarle factura al club.