Fue un ataque premeditado. Calculado. En la línea de flotación. Pep Guardiola estaba harto de los excesos verbales de José Mourinho y quería motivar a sus futbolistas, que una semana antes habían perdido la final de Copa contra el Real Madrid. Y en la sala de prensa del Bernabéu, el técnico de Santpedor se despachó a gusto antes del partido de ida de las semifinales de la Champions. Puso la directa y nadie pudo frenarle, aunque Andoni Zubizarreta, director deportivo, intentó disuadirlo unas horas antes. "Solo es fútbol", le dijo. Guardiola no le hizo caso y su rueda de prensa del 26 de abril de 2011 será eternamente recordada por la del "puto amo" con que se refirió a Mourinho.
“Como el señor Mourinho se ha tomado la licencia de llamarme Pep, yo le voy a llamar a él José”. Así arrancó Guardiola una rueda de prensa inolvidable para los periodistas de todo el mundo. Y, sobre todo, para los barceloneses y madrileños. A su sector más madridista les llamó la "central lechera".
El mensaje más directo
Guardiola, muy concentrado, añadió: “Mañana a las 20.45, nos enfrentaremos en el campo. La Champions de fuera del campo ya la ha ganado, se la regalo. En esta sala, él es el puto amo, el puto jefe. Es el tío más listo del mundo. No quiero competir ni un instante. Sólo quiero recordarle que estuvimos juntos cuatro años en el Barcelona. Él me conoce, y yo le conozco”.
Zubizarreta ya sabía que Guardiola atizaría a Mourinho. También el escritor David Trueba, amigo personal de Pep, quien también le recomendó que no entrara al trapo. Pero el entrenador del Barça lo tenía todo calculado y no se cortó.
Ovacionado por los futbolistas
Xavi Hernández, actual entrenador del Barça, también recordó esa rueda de prensa. La vio con sus compañeros y todos alucinaron. "Mourinho apretaba tanto y tanto que el entorno del Barça pedía más a Guardiola", recordaba Xavi.
Terminada la rueda de prensa, Guardiola se dirigió al hotel de concentración del Barça, donde fue ovacionado por sus futbolistas y ayudantes. Estaba satisfecho. Había logrado el efecto que deseaba y, al día siguiente, su equipo ganó al Real Madrid con dos goles de Messi. Terminado el partido, Mourinho repitió mil veces "¿Por qué?", para quejarse del arbitraje, pero esa ya es otra historia.