La goleada del Manchester City (3-0) contra el Bayern Múnich, por la ida de los cuartos de final de la Champions League, ha dejado secuelas inesperadas. Al culminar el compromiso en el Etihad Stadium se dio una situación muy delicada en el vestuario del equipo bávaro, en donde se ha reportado una supuesta agresión protagonizada entre Sadio Mané y Leroy Sané.

De acuerdo a la información proporcionada por Bild, Mané “le propició un golpe en el labio” a su compañero de equipo en el vestuario visitante. La citada fuente explica que la tensión entre los dos futbolistas empezó a crecer antes de que terminara el partido, en especial por una crítica que le realizó Sané en una jugada de la segunda mitad. En las fotografías del encuentro se puede apreciar la fuerte discusión que tuvieron sobre el terreno de juego.

La discusión de Sadio Mané y Leroy Sané durante el Manchester City-Bayern / EFE

La discusión de Sadio Mané y Leroy Sané durante el Manchester City-Bayern / EFE

El motivo del cabreo del atacante alemán es que esperaba a que el senegalés se acercara a recibir el balón; sin embargo, Mané decidió tomar otro camino para que la jugada continuara con un desplazamiento en largo. Esa poca comunicación es lo que habría encendido la chispa de la presunta agresión que se dio dentro del vestuario. Por ahora, el Bayern Múnich no ha salido a desmentir esa información compartida por el diario Bild.

La crisis del Bayern

De ser cierta la información revelada, se confirmaría que el Bayern Múnich está en una crisis bastante delicada en términos deportivos. La inesperada ruptura con Julian Nagelsmann ha traído dudas en la temporada del conjunto bávaro, en especial por estar peleando el liderato de la Bundesliga contra el Borussia Dortmund. Dicha salida del entrenador alemán ha dejado dividido al vestuario.

La mirada de Thomas Tuchel, entrenador del Bayern, durante el partido contra el City de Guardiola / EFE

La mirada de Thomas Tuchel, entrenador del Bayern, durante el partido contra el City de Guardiola / EFE

El panorama no es del todo alentador. El ambiente dentro del equipo empieza a ser como una olla de presión que está cerca de explotar. Y precisamente en el momento menos indicado de la temporada. De seguir en esta dinámica, no es descartable que la directiva del Bayern trate de tomar cartas en el asunto en verano y hagan una enorme limpieza para regresar a una mayor estabilidad deportiva.