"Hemos tenido que ganar la Liga dos veces". Luis Enrique, entrenador del Barça, vivió uno de sus momentos más tensos en el Camp Nou en abril de 2016. Su equipo tenía una renta de 12 puntos respecto al Real Madrid y dilapidó 11 en solo cuatro partidos. Y la última derrota fue contra el Valencia, posiblemente el día que más crispado ha estado el técnico asturiano en la sala de prensa del Camp Nou.
El 17 de abril de 2016, el Barça recibía al Valencia con una renta de cuatro puntos respecto al Madrid. Después todavía debían disputarse cinco partidos. La ventaja era considerable, pero había menguado en ocho puntos.
La Liga de 1982
Rakitic, en propia puerta, y Santi Mina marcaron para el Valencia en la primera parte en un Camp Nou deprimido. En la segunda parte, el Barça, a la desesperada, apretó y Leo Messi marcó a los 63 minutos. Pero no hubo más goles y en Madrid se ilusionaban con una remontada histórica. En la capital de España se hablaba cada día del famoso cagómetro.
El Valencia puso contra las cuerdas al Barça hace siete años. Y los aficionados más fieles del equipo azulgrana recordaban que el Barcelona empezó a perder una Liga en Mestalla en 1982, ante 15.000 barcelonistas. Ese día, el conjunto valencianista se impuso 3-0 al Barça de Lattek.
Cinco victorias consecutivas
Luis Enrique, que había ganado Liga, Copa y Champions en su primera temporada como entrenador del Barça, sufrió horrores en su segundo año, que culminó con la Liga y la Copa. En Europa, en cambio, su equipo fue eliminado por el Atlético de Madrid.
En Barcelona, el Valencia agrandó la herida del Barça. Luis Enrique pidió a sus jugadores que ganaran otra vez la Liga y cumplieron. La reacción azulgrana fue espectacualar con victorias contra el Deportivo (0-8), el Sporting (6-0), el Betis (0-2), el Espanyol (5-0) y el Granada (0-3). El Barça tuvo un final feliz, pero el susto no se lo quitó nadie a Luis Enrique.
Ahora, siete años después, el Barça tiene una renta de siete puntos respecto al Real Madrid y quiere amarrar una Liga que compensaría las turbulencias institucionales del club. El Valencia, una vez más, se cruza en el camino de un Barcelona pletórico. Alertados están ya en el Camp Nou.