El Barça de basket vivía tiempos de gloria hace un año. Mandaba en la Euroliga y en la Liga ACB, pero acabó estrellándose en ambas competiciones. En verano, el equipo dio seis bajas y fichó a otros tantos jugadores, pero la mejor noticia para Sarunas Jasikevicius han sido las recuperaciones de Higgins y Mirotic.
Higgins todavía no está al máximo nivel. Pero casi. Hace un año, el escolta estadounidense vivió un calvario por culpa de las lesiones. Ya fueran sus problemas de espalda o en los pies. Jasikevicius arriesgó en la Final Four, pero su rendimiento no fue el esperado. Jugó sin estar en buenas condiciones y la experiencia fue negativa.
El triple de Cory Higgins contra el Baskonia / FCB
El triple de Cory Higgins contra el Baskonia / FCB
El cambio de Higgins
A sus 33 años, Higgins juega menos que hace dos años. Jasikevicius dosifica sus apariciones. Ya no juega 25 minutos por partido, sino 20. Promedia 12,4 puntos por partido y 13 de valoración. Participa menos pero suele ser una pieza clave en los momentos decisivos.
Con Higgins, el Barça tiene más recursos en el juego exterior. Satoransky y Jokubaitis son fiables en la dirección, y el estadounidense y Laprovittola son una garantía en el tiro exterior en un equipo muy intenso al que le gusta correr.
Mirotic juega con Laprovíttola, en el triunfo del Barça en Berlín / FCB
Mirotic juega con Laprovíttola, en el triunfo del Barça en Berlín / FCB
Mirotic, la clave
Mirotic, por su parte, es la estrella del Barça. La gran referencia. El jugador sobre el que gravita todo el juego del equipo. Tras cinco meses y medio de baja por problemas en el talón de Aquiles, el ala-pívot regresó en la pista del Alba Berlín.
En Berlín, Mirotic dio otra lección de liderazgo y baloncesto. Anotó 19 puntos y demostró ser el mejor jugador del Barça y, posiblemente de Europa. Con él y con Higgins, Jasikevicius vive más tranquilo. Y eso es bueno para todos.