Diego Armando Maradona es el D10S de los argentinos. El futbolista más querido. El más idolatrado. Rebelde, genial y polémico a partes iguales en vida, Maradona fue el gran héroe de la victoria de la albiceleste en el Mundial de 1986. Ocho años antes, sin embargo, sufrió la mayor decepción de su vida.
En 1978, Argentina organizó su Mundial con el dictador Videla en el poder. El seleccionador era César Luis Menotti, situado en las antípodas políticas, que apostaba por un fútbol creativo y ofensivo.
Los tres descartes
Menotti había convocado a 25 futbolistas y tenía que prescindir de tres. El 25 de mayo, el técnico debía anunciar los descartes. Fue una decisión complicada. Menotti le comunicó su decisión a su ayudante de campo, Roberto Saporiti, y ambos discutieron.
Minutos después, Menotti anunció el nombre de los tres descartes: Humberto Bravo, Víctor Bottaniz y... Diego Maradona, quien entonces tenía 17 años. El futuro crack no se esperaba una decisión tan cruel. Lloró desconsoladamente y abandonó la concentración argentina.
La discusión
En la última práctica, Maradona había marcado tres goles. "¿Estás seguro?", le preguntó Saporiti a Menotti cuando le anunció el descarte. "Sí, Sapo. No me rompas más los huevos", le contestó Menotti.
Maradona siempre comentó que la exclusión del Mundial de Argentina fue su mayor decepción. Luego, Menotti y Maradona coincidieron en la selección y en el Barça, pero fue con Bilardo con quien la estrella ganó su único Campeonato del Mundo. En 1986. En México.