Abde nació en Beni Melal (Marruecos) hace 20 años. La suya es una historia de superación, de hacer realidad un sueño que parecía imposible. Hace solo cuatro años jugaba en el Carrús y forma parte de Osasuna, cedido por el Barça, y ha debutado en el Mundial de Qatar ante Croacia. Eso sí, de manera testimonial.
La familia de Abde se trasladó a España cuando el internacional marroquí solo tenía cuatro años. Sus padres se instalaron en Carrús, considerado uno de los barrios más pobres del país, en Elche. "Es un barrio muy pobre, con gente de Marruecos y otros países de África", asegura el delantero, que a final de temporada regresará al Barça.
"En Carrús había de todo. Comía y jugaba en el parque. Venían a veces las señores diciendo que no se podía jugar al fútbol", recuerda Abde, en un reportaje de Movistar Plus.
El locutorio de Elche
A Abde siempre le gustó el fútbol. Era su gran sueño. Y asegura que de muy joven acudía habitualmente a "un locutorio que había debajo de mi casa". "Costaba 50 céntimos y veía vídos de Neymar".
En el Carrús, Abde jugaba por placer. Con 16 años no esperaba gran cosa del fútbol. Pero un día, recibió un buen consejo. "Mi entrenador me dijo que si me lo tomaba en serio podía llegar a hacer algo", rememora.
El Hércules y el Barça
El Hércules llamó a su puerta. Los inicios en el club alicantino no fueron fáciles. "Estuve dos meses y medio o tres sin jugar un minuto. Muchas veces pensé en tirar la toalla pero mi gento me dijo que debía ser fuerte y entrenarme más duro".
Creció en el Hércules y un día llegó la llamada del Barça. "Estaba muy nervioso cuando recibí la llamada del Barça. Estaba como loco. Desde pequeño he sido del Barça", asegura el futbolista, quien también tiene palabras de elogio hacia Osasuna, club con el que se siente muy identificado. "Osasuna, como Abde, nunca se rinde", sentencia Abde, quien ahora cumple el sueño de jugar con Marruecos. Un sueño que le avanzó su hermano. Él, incrédulo, no lehizo mucho caso, pero resulta que tenía razón.