Philippe Coutinho siempre será recordado como el fichaje más caro del Barça. En enero de 2018, el club que entonces presidía Josep Maria Bartomeu pagó 120 millones de euros fijos y pactó otros 40 en variables con el Liverpool por el mediapunta brasileño. Con un rendimiento muy flojo y una ficha muy alta, Coutinho fue traspasado en verano al Aston Villa por 20 millones de euros. En Birmingham celebraron su fichaje pero hoy están desesperados con él.
La historia de Coutinho es la de un futbolista con un gran cartel y mucha clase que se apaga muy pronto. El Barça lo fichó como una estrella, como relevo de Neymar e Iniesta, pero no es ni una cosa ni la otra. Ni es extremo, porque le falta velocidad, ni es interior, porque no se aplica mucho en defensa.
Dos cesiones
Tras unos primeros meses prometedores en el Barça, Coutinho entró en un círculo vicioso, encarándose incluso con la afición al celebrar un gol. Fue cedido en dos ocasiones: al Bayern y al Aston Villa.
El Barça y el Aston Villa pactaron en el pasado mercado de invierno la cesión del futbolista con una opción de compra por 40 millones de euros para el club inglés.
Buen inicio
Coutinho, de 30 años, encadenó buenas actuaciones con el Aston Villa, que elevó su nivel y esquivó la zona caliente de la clasificación. Su rendimiento fue de más a menos y a final de curso el club de Birmingham negoció un nuevo precio con el Barça. Al final abonó 20 millones de euros.
Esta temporada, Coutinho todavía no ha aparecido. En el Aston Villa esperan mucho más de un futbolista que ha disputado ocho partidos y no ha marcado un gol ni ha dado una asistencia. Y que tiene contrato hasta 2026.