Ilaix Moriba (19 años) cumplía con todos los requisitos para triunfar con el Barça como uno de los líderes de la nueva camada de centrocampistas. En la temporada 2020-21, el canterano intercalaba sus partidos en la extinta Segunda B con participaciones en el primer equipo azulgrana, de la mano de Ronald Koeman. Sin embargo, la avaricia rompió el saco. A raíz de las desorbitadas exigencias de su entorno respecto a una renovación de contrato, el inicio prometedor del futbolista guineano se truncó.
Una venta balsámica
Todo apuntaba a que el club iba a castigar al mediocampista a permanecer su último año de contrato en la grada. No obstante, el RB Leipzig llamó a la puerta para llevarse a Ilaix como si de un bálsamo se tratara. De un plumazo se solucionó el culebrón. El Barça se desprendió del canterano por 16 millones de euros fijos, más otros 7 en variables, y un 10% de una futura venta.
Tras disputar 14 partidos en la Liga con al primer equipo del FC Barcelona y anotar un gol, Moriba perdió todo su protagonismo en la Bundesliga. De nada sirvió su bagaje acumulado en Barcelona, con dos asistencias a las órdenes de Koeman. La primera mitad del curso 2021-22, el guineano desapareció del primer plano mediático. Caído en el olvido, el centrocampista solo disputó 100 minutos con el equipo alado. Ese escaso protagonismo llevó al canterano azulgrana a buscar una salida en el mercado invierno.
El Valencia, necesitado de refuerzos, apareció en enero como una alternativa con tal de que Ilaix recuperara su confianza en la Liga. En Mestalla, la presencia de Moriba tuvo más peso que en Alemania. La cesión de medio año se saldó con 18 partidos jugados y una asistencia en su haber.
Este verano, de regreso a Alemania, Ilaix ha vuelto a desaparecer de los planes del equipo. Es más, Fabrizio Romano ha informado sobre las intenciones del RB Leipzig de ceder al centrocampista en aras de tener una mayor participación en otro equipo. En la Bundesliga todavía confían en la eclosión del otrora promesa azulgrana. Es allí donde entra el FC Barcelona en caso de una hipotética marcha de Frenkie de Jong, todavía reticente a abandonar el equipo.
El conjunto catalán alcanzó un acuerdo con el Manchester United a razón de 75 millones de euros fijos, más 10 en variables. Sin embargo, el neerlandés vive perfectamente aclimatado a Barcelona, y con unas condiciones salariales idóneas. Tampoco seduce al internacional con la selección oranje el proyecto deportivo del Manchester United, sumido en la Europa League. No obstante, una hipotética irrupción del Chelsea puede hacer cambiar de parecer al holandés, puesto que el equipo londinense sí juega la Champions League.
Un posible retorno
En el supuesto de que Frenkie abandone el buque azulgrana durante este mercado de verano, se valorarán otras opciones en la medular como recambios. La alternativa de Bernardo Silva obligaría a otro gran desembolso. En tanto, un regreso de Ilaix Moriba como oportunidad de mercado sería menos dañino para la economía del club.
Sin embargo, para ello Ilaix debería pedir perdón al club por sus astronómicas pretensiones salariales en un pasado. El canterano del Barça exigía seis millones de euros anuales por renovar sus votos con el club azulgrana. En aquel momento, el guineano cobraba dos millones anuales con ficha del filial. La decisión del Leipzig de cederlo abre este nuevo escenario, supeditado a la redención del canterano, y la salida de Frenkie.