La llegada de Joan Laporta al FC Barcelona como presidente de la entidad por segunda vez ha sentado de maravilla a los culés. A pesar de la comprometida situación económica del club azulgrana, el nuevo mandamás obró el milagro en el mercado de invierno con varias incorporaciones de relumbrón. Más tarde, en la presente ventana veraniega de fichajes, la historia se repite. El barcelonismo rezuma ilusión y optimismo, fruto de la llegada de cinco fichajes, más la renovación de Dembélé.
La euforia en la parroquia azulgrana contrasta con el descontento en el Real Madrid. El club blanco, con una plantilla corta en algunas posiciones, apenas si se ha reforzado tras levantar el doblete de Liga y Champions League. Los aterrizajes de Aurélien Tchouameni y Antonio Rüdiger no han saciado los deseos del madridismo. Para colmo, el fichaje de Kylian Mbappé se escapó en los últimos instantes, cuando el francés optó por renovar con el PSG. La afición madridista observa pesimista cómo el eterno rival se ha reforzado con incorporaciones galácticas.
Un verano de fichajes galácticos en Can Barça
Los fichajes de Franck Kessié y Andreas Christensen como agentes libres ya dejaban entrever que vivirían un verano movido en las oficinas del Camp Nou. Más tarde, no sin una ardua faena económica y deportiva de la directiva azulgrana, firmaron Raphinha, Robert Lewandowski y Jules Koundé.
Estos dos últimos, objeto de deseo de los mejores equipos europeos, han disparado la ilusión entre los aficionados. El fichaje del brasileño se cerró por 58 millones de euros fijos más variables y el del delantero polaco por otros 45 millones fijos, más cinco en variables. En tercer lugar, Koundé ha recalado en Barcelona por 50 millones fijos y 10 de bonus. Los activos cedidos a través de las palancas financieras han servido para reducir deuda y poder inscribir a parte de los fichajes.
Este gasto, más propio del Real Madrid de Florentino Pérez en su época de los galácticos, ha levantado una oleada de detractores, generalmente desde la capital. Muchos aficionados madridistas han recordado un tuit que escribió el FC Barcelona en 2009. Por aquel entonces, la gran mayoría de los futbolistas del primer equipo azulgrana procedían de la Masia. El Barça había levantado un triplete con prácticamente un equipo entero de futbolistas de cosecha propia. Messi, Iniesta, Piqué, Puyol, Xavi, Busquets, Bojan y una retahíla de nombres que asombraban al mundo del fútbol.
El Real Madrid de 2009, a golpe de talonario
Precisamente, en ese verano el Real Madrid acudía al mercado con un fuerte desembolso: Xabi Alonso, procedente del Liverpool por 35 millones de euros. Karim Benzema firmó por otros 35 kilos. Pero los fichajes de campanillas que coparon portadas fueron Kaká y Cristiano Ronaldo. Ambos atacantes, ganadores del Balón de Oro, aterrizaron en el Santiago Bernabéu con la etiqueta de estrellas mundiales. Costaron 65 y 94 millones, respectivamente. Ante tal panorama, la cuenta oficial del FC Barcelona compartió el siguiente tuit: “El Barça fabrica cracks, el Madrid los compra. Interesante comparativa”.
En la capital se han apresurado a retuitear y citar la publicación, en vista de que el Barça actual ha emulado un papel similar al del Madrid en 2009. En consecuencia, el club azulgrana ha borrado el tuit en cuestión. El FC Barcelona, necesitado de títulos, ha traído a futbolistas de primer nivel. Sin embargo, también ha subido a jóvenes estrellas de la cantera como Gavi. A pesar de apenas pisar el filial azulgrana, Pedri y Araújo también se empaparon del método de trabajo de la Masia. En Madrid temen que el Barça vuelva a cambiar las tornas y que se repita un ciclo similar al del equipo que dirigía Pep Guardiola, imparable.