Hace 40 años ya. El 13 de junio de 1982, un Camp Nou con capacidad para 120.000 personas acogió la inauguración del Mundial de España. Sorprendentemente, Bélgica derrotó a Argentina (1-0), campeona del mundo cuatro años antes, en un campeonato de mal recuerdo para Diego Armando Maradona.
Hace 40 años ya. El 13 de junio de 1982, un Camp Nou con capacidad para 120.000 personas acogió la inauguración del Mundial de España. Sorprendentemente, Bélgica derrotó a Argentina (1-0), campeona del mundo cuatro años antes, en un campeonato de mal recuerdo para Diego Armando Maradona.
España, con Leopoldo Calvo-Sotelo de presidente, fue la sede del primer Mundial con 24 equipos. El Rey Juan Carlos I y Joao Havelange, presidente de la FIFA entre 1974 y 1998, presidieron la ceremonia de inauguración. Argentina, golpeada por la guerra de las Malvinas, fracasó ante Bélgica, aunque posteriormente derrotó a Hungría (4-1) y El Salvador (2-0). En la segunda fase, disputada en Sarrià, perdió contra Italia (1-2) y Brasil (1-3).
El papel de España
Más decepcionante fue el Mundial de la selección española, liderada por Santamaría. En la primera fase, disputada en Valencia, la Roja empató con Honduras, ganó a Yugoslavia con ayuda arbitral y perdió contra Irlanda del Norte. En la segunda fase perdió ante Alemania (1-2) y perdió contra Inglaterra (0-0).
El Mundial de 1982 será recordado por El Naranjito, por ser el primero que se disputó en 14 ciudades y 17 estadios, por la mayor goleada (Hungría derrotó a El Salvador por 10-1), por el tongo en el partido entre Alemania y Austria (1-0) que clasificó a las dos selecciones para la segunda ronda, por el gol que el jeque de Kuwait anuló en el partido que la selección de su país disputó contra Francia, por la criminal entrada de Schumacher a Battiston en las semifinales, por los tres goles de Rossi a la poderosa Brasil (3-2) y por la victoria de Italia ante Alemania (3-1) en la final del Bernabéu.
Cinco partidos
El Camp Nou fue la sede de cinco partidos. Nunca se llenó. Ni tan siquiera en el partido inaugural. Pero muy pobres fueron las entradas en la segunda fase en la que se disputaron tres partidos: el Polonia-Bélgica (3-0), el Bélgica-URSS (0-1) y el Polonia-URSS (0-0). En estos partidos nunca se superaron los 35.000 espectadores.
Sarrià, en cambio, se llenó hasta los topes para el Italia-Argentina, el Brasil-Argentina y el Italia-Brasil, para muchos el mejor partido de la historia de los Mundiales.
Las semifinales
En el Camp Nou también se jugó la semifinal entre Italia y Polonia, con victoria de la selección azul gracias a dos goles más de Rossi. Unos 60.000 aficionados acudieron al estadio del Barça.
Las aficiones más números y coloristas fueron, inicialmente, la brasileña y la escocesa. A medida que Italia superaba sus partidos, miles de italianos se desplazaron hasta Barcelona y Madrid.