Diego Armando Maradona es historia del fútbol. En cada equipo que estuvo logró, en mayor y menor medida, dejar su huello. El FC Barcelona tuvo la fortuna de coincidir con el argentino, que decidió comenzar su carrera el balompié europeo vistiendo los colores de la camiseta azulgrana. El pasado 4 de junio se cumplieron 40 años de esa firma, que a dio a pie una corta etapa dos temporadas en la entidad culé.
El gran seguimiento del Barça
Si bien el Barça logró presentar oficialmente el 4 de junio de 1982 el fichaje de Diego Maradona, la realidad es que desde hace varios años estaba haciendo un seguimiento total para contar con los servicios del atacante. Los primeros informes del club fueron en 1982, cuando el Pelusa estaba dándose a conocer internacionalmente por su paso en Argentinos Juniors.
Los directivos del FC Barcelona estaban seguros de realizar el fichaje, pero los problemas políticos --dictadura militar-- en Argentina dificultaron que esa incorporación se diera por esos años. Posteriormente, Maradona vistió la camiseta de Boca Juniors, en donde siguió demostrando su genio como futbolista. Solo estuvo un año en dicho conjunto, porque la entidad catalana dio el paso definitivo para oficializar el traspaso.
Tras la participación en la Copa del Mundo de 1982, el Barça pudo presentar al argentino como su nueva gran estrella. La firma se realizó el 4 de junio de 1982, en la sala de juntas del club, donde Maradona expresó su alegría de llegar al equipo culé: “Me incorporo con mucha alegría y para dar los máximos títulos posibles en el FC Barcelona, el mejor club del mundo”.
Su etapa como jugador azulgrana
A pesar de las inmensas expectativas, el ciclo de Diego Armando Maradona con el cuadro azulgrana no fue del todo satisfactorio. En su primer año sufrió una hepatitis que le impidió estar presente en varias semanas con el Barça, lo que dificultó que compitieran por la Liga, en donde anotó 11 goles en 20 partidos. Sin embargo, en las copas si pudo ayudar a los culés, siendo participe de la conquista de la Copa del Rey y la Copa de la Liga, siendo en esta última en donde participó con anotaciones ante el Real Madrid.
El segundo año fue mucho más traumático para el exjugador. La temporada 1983-84 se vio marcada especialmente por la durísima lesión que sufrió una dura entrada de Andoni Goikoetxea, que provocó una fractura del maléolo externo y del ligamento. Estuvo casi cuatro meses de recuperación. Su último partido fue en la final de la Copa del Rey, en donde terminó siendo sancionado por una agresión a un jugador del Athletic Club. Esa situación fue uno de los condicionantes por los que decidieran traspasar a Maradona al Nápoles, uno de los destinos en los que pudo desplegar cómodamente lo mejor de su fútbol.