El Barça, durante muchos años, se sintió agraviado por los presuntos favores arbitrales al Real Madrid. Su rival de este domingo, el Levante, reclama un título que la Real Federación de Fútbol no le reconoce: la Copa de la República o Copa España Libre de 1937.
El Levante se considera campeón de la Copa de España de 1937 “por razones históricas y jurídicas”. El club valenciano alega que la RFEF nunca anuló las competiciones que se disputaron durante la Guerra Civil (1936-1939). Sin embargo, el máximo organismo del fútbol español no reconoció en 2009 la Copa España Libre como Copa de España.
La final de Sarrià
En plena Guerra Civil, hubo partidos de fútbol en España. Y equipos como el Barça y el Athletic hicieron giras en el extranjero. En 1937, el Levante y el Valencia disputaron la final de Copa en Sarrià (Barcelona)
El Levante ganó al eterno rival por 1-0 en un torneo en el que no participó el Barça. Sus jugadores, entonces, estaban de gira en Estados Unidos y México.
Fusión obligatoria
Las autoridades franquistas, años después, anularon todos los títulos deportivos que se ganaron entre 1936 y 1939. El primer título que reconoció fue la Copa del Generalísimo que ganó el Sevilla en 1939.
El Levante, el club más popular de Valencia, se posicionó a favor de la República y las autoridades franquistas se cebaron con la institución, obligando al club a fusionarse con el Gimnàstic, una institución católica bendecida por el bando Nacional.
Años duros con el franquismo
Los primeros años del franquismo fueron muy duros para el Levante. El Valencia, el equipo del régimen, tuvo muchos más privilegios y reconocimiento. El club granota tuvo muchos problemas económicos y tuvo que cambiar su indumentaria. Los colores blanco, azul y negro fueron sustituidos por el azul y el grana.
El Levante, 83 años después, agoniza en Primera División. El equipo azulgrana es penúltimo en la Liga, con 22 puntos, seis menos que el Cádiz, 17º clasificado de Primera División, tras vivir unos años de relativa bonanza. Los males deportivos del club coinciden con la respectacular remodelación del Ciutat de València, con capacidad para 25.000 espectadores que hace unos meses estrenó una espectacular cubierta