Después de que una representación de los jugadores del cuadro masculino decidiese incumplir unilateralmente el contrato que les une a World Padel Tour hasta el 31 de diciembre de 2023, las principales marcas del sector han lamentado la actitud adoptada tanto por los propios jugadores como por una FIP “que debería estar actuando como árbitro y no como parte en este litigio”.
En una carta abierta, las 80 marcas adscritas al ‘clúster’ han reconocido que asisten “con gran preocupación” a un conflicto que no solo está “generando una gran incertidumbre”, sino en el que también se sienten como “las grandes ignoradas”.
Los principales actores de la industria aseguran que “podrían replantearse sus inversiones” en el pádel profesional e instan “de forma especial a la FIP” a que, más allá de comunicar el calendario de pruebas de su circuito “con fechas y localizaciones”, abandone su posición actual para llegar “de forma urgente a un acuerdo que garantice la realización de las pruebas comprometidas”.
Falta de imparcialidad
Precisamente, ante la falta de imparcialidad que atribuyen a la entidad que preside Luigi Carraro, las firmas representadas en el ‘clúster’, que acumulan “una facturación de 623 millones de euros” y dan empleo directo a más de 1.300 trabajadores, se han ofrecido “como punto de encuentro” para llevar a cabo una reunión entre todas las partes implicadas.
A tal efecto, y después de reunir a buena parte de sus 60 asociados en Madrid, el Clúster Internacional del Pádel ha solicitado también a los profesionales adscritos a la Asociación de Jugadores (PPA) que “aclaren” si van a participar en las pruebas programadas por WPT a pesar de haber vulnerado de forma unilateral el contrato de exclusividad que habían firmado con el primer circuito mundial de pádel. Y a las jugadoras representadas por la IPPA, a que clarifiquen “su situación y su futuro en el circuito”.