Mal día para moverse por el centro de Madrid. La expedición del FC Barcelona se ha encontrado con un problema inesperado en la capital española, justo después de aterrizar en el Aeropuerto de Barajas.
Y es que la llegada de los culés a su hotel de concentración ha estado marcada por la coincidencia con una manifestación masiva de ganaderos, agricultores y ciudadanos del día a día de Madrid, que se habían citado en el Paseo de la Castellana para protestar contra la subida de precios de la luz y los carburantes.
Un descanso interrumpido
Da la casualidad de que el final del recorrido de las protestas culminaba a escasos metros del hotel Intercontinental Madrid, donde se alojan los jugadores y miembros del cuerpo técnico azulgrana horas antes de acudir al estadio Santiago Bernabéu para jugar el clásico de este domingo.
La expedición culé tuvo que sortear el griterío, los petardos y las calles cortadas antes de poder acceder al hotel de concentración, aunque varios efectivos de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado se encargaron de evitar posibles incidentes. Al final, los expedicionarios acabaron llegando al hotel a las 13.00 horas, con el objetivo de descansar antes de la disputa del encuentro.
Ousmane Dembelé, viajando con la concentración del Barça / FCB
Un descanso que, muy posiblemente, se vea enturbiado por las consignas y gritos de los manifestantes a pie de calle, teniendo en cuenta el grado de movimiento y ruido que se continúa respirando en los alrededores del hotel.
Almuerzo previo al clásico
Paralelamente, los representantes de las directivas de ambos equipos, encabezadas por Florentino Pérez y Joan Laporta, estaban citadas en el Restaurante Zalacaín a partir de las 14.30 horas, con motivo de la tradicional comida de directivas. Los merengues no han dudado en organizar el acto, respondiendo de forma cortés a la invitación de la junta de Laporta en el clásico de la primera vuelta.