A medida que el calendario perdía hojas y se acercaba al cambio de año, en el Barcelona crecían los nervios con Ousmane Dembelé. Una de las mayores patatas calientes del mercado que nunca encontró el apretón de manos deseado, pero, cosas del destino, sí un divorcio de conveniencia, amistoso. En Can Barça eran optimistas, sobre todo Xavi Hernández cuando tomó el cargo. "En forma, puede ser el mejor del mundo en su posición", dijo el egarense en su presentación. Su deseo era que el extremo renovase, pero las enormes pretensiones de este rompieron el acuerdo.
No obstante, se trata del futbolista elegido por el club por delante de Mbappé, amigo en la selección en 2017. En ese momento se invirtieron en él gran parte de los millones ingresados por la venta de Neymar al PSG: 140, concretamente. Con él en forma, las opciones a optar a algo grande de los azulgrana crecen. En las apuestas deportivas de fútbol, es habitual ver al ex del Dortmund entre las cuotas más bajas cuando se buscan a los goleadores potenciales de un choque en cuestión. Su irregularidad es su debe, pero pocos dudan de su talento. Ello le convierte en arma de doble filo para los apostantes. Eso sí, cuando la moneda sale cara, puede repartir sonrisas entre los amantes de este tipo de mercados, habitual en las principales casas de apuestas.
El tira y afloja fue continuo. Un día, positivismo. El siguiente, caras largas. Xavi, en sus trece, esperanzado de poder contar con el de Vernon no solo estos meses finales, sino el curso próximo. Desde las oficinas del club amenazaban con la grada si no aceptaba la propuesta. Hasta Mateu Alemany tomó la palabra y Xavi le castigaba, dejándole fuera de la convocatoria ante el Athletic en Copa. También el jugador se expresó a través de su cuenta personal de Instagram. Decía basta y dejaba a su agente encargarse del asunto. Sea como fuere, el mercado invernal echó el cierre y Dembelé seguía en Can Barça. Y así será hasta que su contrato expire el próximo 30 de junio.
Condenados a entenderse
Cubriéndose las espaldas, en la Ciudad Condal aterrizó un viejo conocido, un Adama Traoré que ha caído de pie en su regreso al club que le vio crecer, aunque sea en calidad de cedido. El potente extremo ha echado abajo la puerta, pero Xavi indultó al mosquito, como era su intención, y en el derbi ante el Espanyol volvió a tener minutos. Es más, frente al Atleti, choque en el que nuestro protagonista estuvo en el banquillo, le tendió la mano públicamente. "Me gustaría pedirle a la gente que deje de pitar a Dembélé", dijo. La afición la tomó con Ousmane durante el calentamiento y el técnico trató de apaciguar los ánimos tras la victoria ante los rojiblancos (4-2).
La realidad es clara, están condenados a entenderse. Ya decíamos que si el Barça quiere optar a todo, contar con un futbolista del talento y las capacidades del internacional francés no es cuestión baladí. Centrado es desequilibrante e imprevisible, con ese punto extra que le aporta el ambidextrismo. Mientras que para Dembélé, si quiere poder elegir su futuro en verano entre propuestas jugosas, quién sabe si el Barça entre ellas, debe jugar y demostrar que ese techo de cristal que le ha acompañado en la Ciudad Condal puede romperse.