Ilaix Moriba siempre fue un tipo duro. Con personalidad. Tan buen futbolista como conflictivo. Llegó al Barça en 2010, procedente del RCD Espanyol, y siempre quiso un trato especial. En 2019, con solo 16 años, se convirtió en el juvenil mejor pagado tras prorrogar su contrato hasta 2023 a cambio de una cláusula de rescisión de 100 millones de euros. Dos años después, se rebeló contra el Barça al pedir un salario un crack y rechazar todas las propuestas del club que preside Joan Laporta. Este viernes, se reencontrará con el Barça, rival del Valencia en la Liga.

En 2019, el entonces presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, dio luz verde a la renovación de Ilaix en una decisión que fue muy comentada en las categorías inferiores del club. “Ilaix es un caso excepcional. Es un jugador con clara proyección de primer equipo”, argumentaron en la dirección deportiva azulgrana.

Bordalás le avala en Valencia

En verano de 2021, Ilaix quería ganar mucho más y cambió el Barça por el Leipzig. Sacrificó su proyección en el equipo azulgrana por un contrato millonario en Alemania. Se fue al club que más le pagaba. Llegó en plan estrella a la Bundesliga, pero jugó muy poco. Tan poco que en enero aceptó una cesión al Valencia. Bordalás avaló su llegada a Mestalla.

ilaix valencia



Ilaix, en su presentación como jugador del Valencia / EFE

Un año antes, Ronald Koeman le dio carrete en el Barça. Su potencia física y su buen manejo del balón eran del agrado del técnico neerlandés. En Pamplona marcó su primer gol y Koeman quería que esta temporada tuviera más protagonismo. El Barça quiso premiar su rendimiento y le ofreció una mejora salarial. Pero él pidió mucho más: seis millones de euros por temporada, aseguran en la Ciutat Esportiva Joan Gamper.

Relaciones muy tensas

Laporta estaba convencido de que Ilaix entraría en razón. No fue así. Y las relaciones entre club y jugador se tensaron demasiado, tanto que el presidente le dejó claro que renovaba o no jugaría más con el primer equipo. Y el centrocampista ya no se enfundó más la camiseta azulgrana.

Ilaix Moriba, en un partido del Leipzig en la Bundesliga / RB Leipzig



Ilaix, en un partido con el RB Leipzig / LEIPZIG

“Es una situación que no aceptamos. Me sabe mal que Ilaix no reconozca lo que hemos hecho por él”, declaró Laporta. Ilaix ni se inmutó. Se mantuvo firme, fue apartadado del primer equipo y cuando la situación era insostenible se marchó al Leipzig.

El club alemán, un nuevo rico gracias al dinero de Red Bull, quiso fichar a Ilaix por cinco millones de euros. El Barça se plantó. Empezaba un nuevo pulso y el club estaba dispuesto a que el jugador se pasara un año en la grada. Finalmente, el Leipzig pagó 16 millones de euros fijos y otros seis en variables. Seis meses después, y tras muchos días de oscuridad, Ilaix vuelve a sonreír y estará muy motivado en un duelo especial contra el Barça.