Y la afición respondió. Había muchas dudas en la previa, especialmente por la presión que incluso emitían algunos periodistas que mandaban un mensaje claro: es más importante pelear por la cuarta plaza de Liga queda acceso a la Champions que la Europa League, a la que se puede renunciar. Los culés no entienden así las cosas y este jueves acudieron al Camp Nou en el estreno del FC Barcelona en la segunda división de la UEFA.
El Barça, muy peleón en un partido claramente de menos a más, únicamente logró arrancar un empate frente al Nápoles (1-1), pero se mostró superior al conjunto italiano en varias fases del juego y terminó el partido mucho mejor, volcado al ataque. Aunque es cierto que, como dijo Xavi en la previa, ra dabia no estar en la Champions League, el Barça puede pelear por un título europeo que le vendrá muy bien para la fase de construcción y transformación en la que se encuentra.
Homenaje a Pep y antiracismo
La entrada fue superior a lo esperado, especialmente teniendo en cuenta que a un cuarto de hora del pitido inicial el estadio parecía un campo fantasma. Finalmente, acudieron 73.525 espectadores que se enctregaron en cuerpo y alma a la causa que ahora lidera Xavi Hernández. Y lo hizo como en las grandes citas, recibiendo al equipo con un enorme tifo antes del encuentro que parafraseaba a Pep Guardiola: "Junts som imparables (juntos somos imparables)".
Otro aspecto llamativo al inicio del encuentro fue el simbólico gesto antirracismo que representaron los 22 futbolistas sobre el terreno de juego, los del Barça y los del Nápoles. Todos hincaron la rodilla en el suelo en protesta contra las víctimas del racismo que se siguen viendo en el mundo del deporte.
Pitos a Dembelé
La afición arropó al equipo, aunque también tuvo momentos de sufrimiento. Hubo un tramo del segundo tiempo donde se escucharon leves silbidos que coincidían con un mal momento de juego del equipo, totalmente atascado en la generación de ataque. Sin embargo, seguramente no iban tan dirigidos al equipo como a uno de los jugadores que empezó a calentar: Ousmane Dembelé.
Los pitos fueron a más cuando entró Dembelé al campo. El Camp Nou le recibió con una pitada monumental y se ensañó con el extremo francés cada vez que tocaba el balón. Fue en ese momento cuando Gerard Piqué acudió al rescate de su compañero y pidió aplausos que silenciasen los pitos. Y el estadio respondió. Y Dembelé mejoró su versión sobre el terreno de juego, generando buenas acciones de peligro que pudieron terminar en el segundo gol del Barça si Ferran Torres no hubiese tenido el punto de mira desviado.
Gavi y De Jong, los más ovacionados
Por contra, el Camp Nou dedicó ovaciones atronadoras a jugadores como Luuk de Jong, nuevo héroe del equipo, que estuvo a punto de marcar un gol de chilena. También se coreó el nombre de Gavi, que casi se deja la cabeza en un fuerte impacto contra Fabián, compañero suyo en la selección española y que terminó con una importante brecha en la testa que generó una fuerte hemorragia.