Ilaix Moriba cambió el Barça por el Leipzig. El club en el que se formó por una gran oferta económica, con comisión incluida. En Alemania, sin embargo, el centrocampista no juega habitualmente. Ilaix no tenía buenas sensaciones con Jesse Marsch, pero su destitución le abre otra oportunidad. Con Domenico Tedesco, espera tener más minutos.
Lo tenía todo para triunfar en el Barça. Ronald Koeman había apostado por él la pasada temporada, pero quiso mejorar su contrato y chocó con la resistencia de Joan Laporta. Ilaix pidió un contrato de estrella. Tensó tanto la cuerda que fue apartado del equipo. Y el presidente se lo dejó claro: o renovaba o no jugaba con el Barça. La salida fue su traspaso al Leipzig, que abonó 16 millones de euros fijos y otros seis en variables.
Con Marsch jugó muy poco
Ilaix fue uno de los fichajes más sonados de Alemania por su proyección y sus condiciones físicas. En Leipzig, sin embargo, su aventura no es de color rosa. Jesse Marsch, el entrenador que comenzó la temporada, apenas confió en él. Solo le concedió 96 minutos, muy poco para un futbolista que prometía mucho en el Barça.
"Tiene talento, pero necesita jugar con más ritmo y entender que no hay necesidad por tener que hacer siempre algo especial en los momentos decisivos. Necesita entender mejor en el campo lo que necesitamos y lo que es importante para nosotros", manifestó Marsch en una entrevista concedida al diario Bild. "Tiene que ser paciente. Solo tiene 18 años y ahora quiere todo. Pero en nuestro equipo tiene que ganar cada minuto. Eso es lo más importante para su mentalidad", añadió el técnico, que fue destituido el pasado fin de semana.
Victoria con Tedesco
El Leipzig, un nuevo rico de la Bundesliga, contrató a Tedesco para sustituirle. Este sábado, el equipo ganó por 4-1 al Borussia Mönchengladbach. Ilaix, mientras, confía en enderezar su aventura alemana. De momento, la adaptación no está siendo fácil.