El Barça, una gran caja de resonancia en la sociedad catalana, siempre ha tenido una relación complicada con los medios de comunicación. Durante muchos años, los periodistas compartían vivencias con los futbolistas, técnicos y directivos del club, pero la proliferación de medios de comunicación cambió el escenario en los años 70, con la llegada de Johan Cruyff, y, sobre todo, tras la victoria de Josep Lluís Núñez en las elecciones de 1978. Hoy, es todo muy diferente a lo que se vivía en aquellos tiempos. Los futbolistas están blindados y se han vuelto inaccesibles. Los dirigentes hablan poco en público y cuando lo hacen se muerden la lengua; son más del off the record. Los periodistas ya no pueden ni viajar con los jugadores. Y desde la entidad blaugrana hace tiempo que advierten de que "esto se ha hecho muy grande". La mejor constancia de ello la deja el regreso de Joan Laporta a la presidencia, que por primera vez en la historia abre las salas de prensa al entretenimiento.
Los canales de Youtube y Twitch son los últimos en sumarse a las ruedas de prensa de la institución catalana. Ya no es necesario estar concebido como medio de comunicación, basta con tener seguidores en las redes sociales. Esto ha abierto las puertas del Camp Nou a programas como Más que pelotas y Jijantes, de Gerard Romero, actores que hasta ahora no tenían acceso a las instalaciones del club y que, de momento, generan murmullos en la sala cuando reciben el micrófono. Cómo generó controversia en España la entrevista de Ibai Llanos a Messi para su canal de Twitch en la presentación del astro argentino con el PSG.
No son los únicos cambios con la nueva directiva, que en las primeras ruedas de prensa dejó a varios medios sin turno de palabra mientras permitía que otros formulasen dos preguntas. También han quitado el veto que durante años han tenido Mediaset y Atresmedia en las previas de partido del entrenador del Barça. Ahora, desde Cuatro, La Sexta y Telecinco ya vuelven a poder preguntar sin trabas.
"Yo me meo en la prensa"
El aterrizaje de Alex Santos como Dircom no ha sido fácil. Se las ha tenido con diversos medios de comunicación en este breve lapso de tiempo, pero ha ido tomando el pulso y poco a poco va poniendo orden en un club repleto de egos y urgencias. Nadie que haya desempeñado ese rol ha tenido facilidades, solo cabe recordar que con la anterior directiva pasaron hasta cinco directores de comunicación diferentes y, finalmente, se acabó suprimienndo esa figura.
En el pasado las cosas eran muy diferentes, pero lo cierto es que las tensiones con los medios siempre existieron. Volviendo al siglo anterior, el exvicepresidente del Barça, Joan Gaspart, incluso había despreciado a la prensa escrita en un conflicto entre los periodistas y el club. “Teniendo a la televisión de nuestra parte, yo me meo en la prensa”, comentó el empresario hotelero, que posteriormente pasaría a controlar el diario Sport. Núñez, una persona poco empática con los periodistas, comenzó a profesionalizar la relación entre ambas partes.
La contratación de Maxenchs
El 1 de octubre de 1981, tres años después de su victoria electoral, Núñez contrató a Ricard Maxenchs, que trabajaba en la sección de Barça de Mundo Deportivo, para liderar el nuevo departamento de prensa del club.
Josep Lluís Núñez, rodeado de periodistas / ARCHIVO
La sintonía entre el Barça y los medios de comunicación mejoró con Maxenchs en una época en la que solo había dos televisiones (TVE y TV3) y no existía Internet. Entre 30 y 50 periodistas solían presenciar los entrenamientos del Barça en los ocho años de Johan Cruyff como entrenador (entre 1988 y 1996). Al Flaco no le importaba que los medios vieran sus planes y que, terminadas las sesiones, se relacionaran con los periodistas. Eran otros tiempos.
El fin de la era Núñez
Las restricciones comenzaron con Van Gaal, que fichó por el Barça en 1997. Eran, todavía, unas limitaciones mínimas, con algunos entrenamientos a puerta cerrada. No obstante, las ruedas de prensa empezaron a ser muy movidas, por el carácter volcánico del técnico holandés y las grandes convulsiones que se vivían en el club desde la destitución de Johan Cruyff, en mayo de 1996.
Los últimos años de la era Núñez fueron muy tensos. La elección de Domingo García como director de comunicación tuvo un efecto devastador. La división entre los medios amigos y los medios hostiles deterioró la convivencia en la sala de prensa del Camp Nou. Mientras el Grupo Godó (La Vanguardia y Mundo Deportivo) defendía la gestión del entonces presidente, el Grupo Zeta (El Periódico de Catalunya y Sport) y el Grupo Prisa (El País, As y la SER) se mostraban muy beligerantes con Núñez, que renunció al cargo en el año 2000.
Gaspart y Laporta
En momentos de gran tensión, Maxenchs era la cara amable que apagaba muchos fuegos. En 2000, con la victoria de Gaspart ante Lluís Bassat en las urnas, el empresario hotelero levantó algunas restricciones. Su discurso nada tenía que ver con su desprecio a la prensa escrita de dos décadas antes.
Guardiola, con Messi, en su etapa como entrenador del Barça
En 2003, el Barça inicia una nueva época, con Joan Laporta como presidente del club. Con él, aumenta la nómina de trabajadores y el departamento de comunicación sufre bastantes cambios. Cada vez hay más medios que acuden a los entrenamientos. El entonces entrenador, Frank Rijkaard, es una persona afable, tranquila, que ocasionalmente concede entrevistas a los medios de comunicación. También se prodigan los jugadores, pero el contacto es más privado.
Guardiola no concede entrevistas
La política de restricciones sube de tono en 2008 con el nombramiento de Pep Guardiola como entrenador del Barça. El técnico de Santpedor cierra los entrenamientos a la prensa y anuncia que no concederá ninguna entrevista privada. El contacto entre el entrenador y los periodistas se reduce a las ruedas de prensa previas o posteriores a cada partido. Tito Vilanova, su sucesor, mantendrá el mismo modelo, copiado también por Luis Enrique y Ernesto Valverde.
Sandro Rosell, elegido presidente del Barça en 2010, intentó modernizar y mejorar la relación con los medios, pero fracasó rotundamente en la elección de los directores de comunicación: Pere Jansà, Ketty Calatayud, Xavier Martín y Albert Montagut. Demasiados cambios para un cargo que posteriormente ocupó Albert Roura y, tras unos últimos años donde se prescindió de esa figura, actualmente está en manos de Álex Santos, profundo conocedor de la compleja convivencia entre el Barça y los periodistas, muy distinta hoy a hace 40 años.