El gol de Kylian Mbappé que le marcó a la selección española en la final de la UEFA Nations League sigue trayendo cola. El delantero francés era habitado para seguir la jugada cuando Éric García tocó el balón. Esto generó gran polémica y la UEFA está dispuesta a revertir esa decisión. Según ha informado AS, estudiará si cambiar las normas del fuera de juego.
El director de arbitraje de la UEFA, Roberto Rosetti, considera que “Anthony Taylor tomó una decisión correcta basada en la ley existente y su interpretación oficial” pues que “el jugador intervino deliberadamente para jugar el balón y el oponente no interfirió en el juego”.
Roberto Rosetti, encargado del arbitraje en la UEFA / UEFA
El máximo organismo de fútbol europeo añadió que “este caso muestra que la interpretación actual de la ley parece estar en conflicto con el espíritu de la misma ley, que es evitar que cualquier jugador se aproveche de su posición de fuera de juego”. La polémica ha llegado a Nyon.
“Hay formas de mejorar la redacción”
Roberto Rosetti anuncia que “la postura de la UEFA es que hay formas de mejorar la redacción para adecuarla al objetivo de la ley del fuera de juego y al espíritu del juego”. También sentencia que “ya me he puesto en contacto con mis colegas de la FIFA y la IFAB y discutí las soluciones en la próxima reunión del Panel Asesor Técnico de la IFAB”.
El próximo 27 de octubre se reúnen todos los paneles de IFAB en las que se van a revisar varias normas. A parte de la polémica del fuera de juego surgida en la UEFA Nations League, se discutirá sobre las manos otra vez y también la posición de los pies de los porteros sobre la línea en el lanzamiento de penalti.
Donnarumma detiene el penalti a Bukayo Saka en la tanda que dio a Italia la victoria sobre Inglaterra, en la final de la Euro / EFE
La decisión definitiva sobre el posible cambio de estas tres normas será en marzo. También se contemplará entonces la posibilidad de mantener los cinco cambios o volver a la propuesta de tres sustituciones. Otro aspecto a debatir es la presencia del VAR en competiciones más pobres o con menos poder económico, como el fútbol femenino.