Suecia obliga a España a ganar los próximos dos partidos clasificatorios para el Mundial de Qatar 2022. El combinado liderado por Alexander Isak consiguió vencer este marte a Grecia (2-0) y se coloca como primero de grupo. Si ganan su próximo partido, contra Georgia, y no lo hace el equipo de Luis Enrique, serán matemáticamente primeros.
La Roja se verá las caras en noviembre contra los griegos y están obligados a ganar para poder arrebatar la primera posición de la tabla a los suecos. El segundo encuentro del próximo parón será contra el conjunto amarillo en Sevilla, una final que seguramente decidirá quien va a la repesca de los dos.
Ambos con seis partidos disputados y con dos pendientes de hacerlo, Suecia lidera la tabla con 15 puntos, cinco victorias y una derrota. España, por su parte, es segunda, con 13 puntos repartidos en cuatro victorias, un empate y una derrota. Ya descolgada, pero con opciones, está Grecia, con nueve.
Alexander Isak en una acción contra Grecia / EFE
Isak, decisivo
Suecia se ha cogido a la figura de Alexander Isak. El delantero de la Real Sociedad volvió a hacer ante Grecia una demostración de talento y de personalidad. A sus 22 años, provocó el penalti del primer gol, obra de Forsberg; y terminó poniendo la sentencia, en forma de segundo tanto, con una buena vaselina por encima de Vlachodimos.
El joven sueco ya sabe lo que es complicarle la vida a la selección española. Ha sucedido en el partido de fase de grupos para la clasificación para el Mundial, pero también lo vimos en la pasada Eurocopa, en que fue el más destacado del choque. Se tendrá que atar de corto si los pupilos de Luis Enrique quieren el billete directo a Qatar.
Una perla en el mercado
Alexander Isak sigue haciendo méritos para dar el salto a una primera espada de Europa en los próximos mercados de fichajes. Llegado a San Sebastián en 2019 por 15 millones de euros, se ha adaptado a la perfección a la Liga. Tal es así que los txurri-urdin lo blindaron este verano con un contrato hasta 2026 y una cláusula de 90 millones de euros. Quien lo quiera, deberá rascarse el bolsillo.