Gran jornada de Champions League la de este martes. El partido con más alicientes es el que enfrenta el PSG de Leo Messi contra el Manchester City de Pep Guardiola en el Parc des Princes. Se reencuentran dos de las figuras más influyentes de las últimas dos décadas del FC Barcelona, eso sí, lejos del Camp Nou.
Ambos mantienen una buena relación, de admiración mutua, pero eso no quita que haya habido ciertos momentos de tensión, sobre todo, en la etapa final del técnico catalán en el banquillo culé. Sus éxitos deportivos no se podrían entender el uno sin el otro, una relación que empezó en el cuadro culé en verano de 2008.
Joan Laporta apostó por el joven entrenador de Santpedor después de un año en el filial. El equipo prescindía de la figura de Ronaldinho y el puesto de líder lo asumió el joven argentino. Empezó ubicado en la banda derecha de la delantera, hasta que pasó a la posición de falso nueve con Samuel Eto’o y Thierry Henry de escuderos y más tarde ya vinieron David Villa y Pedro Rodríguez.
Messi y Guardiola en la etapa de ambos en el Barça / FC Barcelona
Ese Barça de Messi y compañía llegó a rozar la excelencia deportiva con los dedos. En los cuatro años que Guardiola estuvo en el banquillo, se alzaron 14 títulos de 19 posibles. Entre ellos, dos Champions League y tres Ligas. El argentino había explotado, así lo decían sus números: 211 goles en 219 partidos. “Lo siento por lo que intentan ocupar su trono, estamos ante el mejor en todos los sentidos”, es uno de los muchos elogios que le lanzó Pep al ya mítico 10.
Desgaste
Aunque se tienen mucho cariño, Messi y Guardiola han chocado en más de una ocasión. El propio entrenador llegó a reconocer que necesitó un tiempo para entenderlo y ganarse su confianza. En las primeras charlas, el delantero desconfiaba del potencial de un técnico procedente del B. Uno de los detalles que desatascaron la relación entre ambos fue cuando se le dejó ir a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, donde ganó el oro. “Guardiola siempre me dice que yo no le tengo que dar las gracias por eso, pero fue una decisión de él, creía que era lo mejor para mí”, comentó el argentino.
En los primeros años, no hubo demasiados conflictos. En 2012, con Pep en su último año, la relación estaba desgastada y Leo llegó a desaprobar alguna de las apuestas técnicas como alinear a los jóvenes Isaac Cuenca y Christian Tello en partidos decisivos. La tensión iba in crescendo y tal fue así que el futbolista no estuvo en la rueda de prensa de despedida del entrenador.
Messi y Guardiola en la etapa de ambos en el Barça / FC Barcelona
Como recientemente comentó el propio Gerard Piqué, el adiós de Pep se debió al desgaste y a la alta exigencia en el vestuario. Aunque en rueda de prensa comentó el ya famoso “me he vaciado y necesito llenarme”, la relación con los cracks --como el propio Piqué, Dani Alves o Cesc Fábregas-- ya no era la misma, los episodios polémicos se acumulaban. Después de un año sabático en Nueva York, volvió a los banquillos. En este caso, al Bayern de Múnich.
Guardiola nunca ha reconocido estas tensiones, sino que ha querido poner el foco en los nuevos retos: “Tenía esta sensación después de cuatro años de hacerlo tan tan bien, tenía esta necesidad de ir a otros sitios y me ha ido muy bien. Al Barça, también le ha ido bien porque ha ganado siete de 10 Ligas y este año ha sido el mejor club, aunque no haya ganado la Champions”.
Paz y elogios
Con la distancia y el tiempo, lo que parecía que era una tensión creciente se ha convertido en un intercambio de elogios por ambas partes. Siempre que se le ha preguntado a Messi sobre quién ha sido el mejor entrenador, nunca lo ha dudado: “Me gusta hablar de tácticas, y tuve un maestro único en ese sentido que fue Pep Guardiola. Crecí muchísimo y aprendí mucho al lado de él”. Desde 2011, cuando asumió la capitanía de Argentina, en cada edición del The Best lo ha votado como a uno de los tres mejores técnicos del mundo.
Messi y Guardiola en la etapa de ambos en el Barça / FC Barcelona
Por parte del técnico del City, ya son muchas las ocasiones que ha hablado bien del 30 del PSG. La última, antes del choque de Champions League: “Este tipo de jugadores hablan sobre el césped. Lo que ha hecho en su carrera es más que excepcional. Ojalá pueda jugar por el bien del fútbol”. El hacha de guerra está definitivamente enterrada, aunque los conflictos siempre han sido de puertas hacia dentro y nunca se han exteriorizado.
Posible fichaje para el City
Hace pocos días se cumplió un año del famoso burofax que mandó Messi a la junta de Josep Maria Bartomeu en el que pedía que le dejaran salir de la entidad. No quería renovar su contrato y quería activar la cláusula de libertad que expiraba el 30 de junio de 2020. El conflicto contractual apuntaba a terminar en los tribunales, pero finalmente el argentino decidió quedarse a regañadientes y no llevar la entidad a juicio.
Por aquel entonces, había pocas salidas posibles para el 10 del Barça. El PSG era una de ellas, pero la que ganaba más fuerza era el Manchester City de Pep Guardiola. Con él, las opciones de hacer algo grande en la Champions League aumentaban y fuentes inglesas llegaron a publicar que ya tenían 400 millones de libras reservadas para afrontar esa inversión. Finalmente, todo se truncó.
Messi en una entrevista después del burofax / Redes
Este verano apenas aparecieron en las quinielas. Todo fue muy rápido. Del comunicado del club anunciando el adiós de Messi a la presentación con el PSG apenas pasaron 72 horas. Los celestes ya habían invertido más de 100 millones en Jack Grealish y trabajaban en la posibilidad de incorporar a Harry Kane.
Messi, a romper la mala racha
Leo Messi es duda para el choque contra el City por molestias en la rodilla. Lleva tres partidos con los parisinos y todavía no ha conseguido ver portería. Se podría estrenar marcando al club que dirige al entrenador que más influyó en su carrera, el que lo cogió como una joven promesa y le convirtió en el mejor del mundo.
Messi jugando contra el Bayern de Guardiola / EFE
Desde que Guardiola salió del Barça se ha enfrentado en cuatro ocasiones al astro argentino. Ambos han ganado dos encuentros, pero Leo ha conseguido seis goles. Primero fue en semifinales de Champions League contra el Bayern de Múnich: 3-0 en el Camp Nou con doblete del 10 y 3-2 en el Allianz. Con los ingleses, 4-0 en el Camp Nou en fase de grupos con hat-trick del delantero y 3-1 en el Etihad Stadium, también con gol de La Pulga.