En el minuto 65 del duelo entre el Stade de Reims y el PSG algo cambió para siempre en el mundo del fútbol. Leo Messi, aquel chaval que llegó con 13 años a La Masía y vistió la camiseta azulgrana durante dos décadas, jugó este domingo su primer partido oficial con una elástica diferente a la del Barça



El astro argentino, casualidades de la vida, entró al campo en sustitución de su amigo y confidente Neymar. Mauricio Pochettino dejó en el banquillo de inicio al rosarino, todavía con pocos entrenamientos con su nuevo equipo. Lo hizo para decepción de los aficioandos que abarrotaron el modesto estadio del Reims y para la muchedumbre de periodistas que llegaron a la ciudad del noreste de Francia a cubrir el evento. 

Pero en la fiesta del debut de Messi, Mbappé fue el más decisivo sobre el césped. El atacante galo anotó los dos goles de la victoria de los parisinos (0-2), la cuarta en las mismas jornadas de la Ligue 1

Leo Messi antes de su debut con el PSG, ante el Stade de Reims / EFE

Leo Messi antes de su debut con el PSG, ante el Stade de Reims / EFE

La celebración de Mbappé

Con el incesante runrún sobre su posible marcha al Real Madrid en el aire, Mbappé no pareció, precisamente, muy distraido. Al contrario: suyas fueron la mayoría de acciones de peligro del club financiado desde Qatar. El galo fue un ciclón y dejó para las cámaras una celebración cargada de rabia y, aparentemente, también de alegría. 



Si tuviésemos que apostar sobre el futuro del joven delantero en base a sus gestos durante el partido, Florentino Pérez ha de preocuparse seriamente. Aunque con el presidente merengue, siempre cómodo en los finales de mercado sobre la bocina, mejor no hacer apuestas. 

Jolgorio en las gradas

Desde su salida al césped, Messi se mostró de lo más participativo. Con el partido ya encarrilado, Mbappé bajó el pistón y el rosarino cogió las riendas de este lujosísimo deportivo en el que se ha convertido el PSG. El argentino no marcó, pero cada acción suya, con varios regates y paredes de categoría, fue celebrada en el Auguste Delaune -el estadio de los locales- con un jolgorio casi exagerado.  

Una acción de Messi durante el encuentro contra el Stade de Reims, en la Ligue 1 / EFE

Una acción de Messi durante el encuentro contra el Stade de Reims, en la Ligue 1 / EFE

Por algún momento parecía casi un partido de exhibición, con una única y gran estrella (Messi) en torno a la que se celebra cada gesto, cada toque y casi cada mirada. 25 minutos estuvo el ex del Barça en el verde en su primer partido lejos del club de su vida. Una imagen que muchos pensaron que nunca llegarían a ver, pero que ya es un hecho: Messi ya maravilla en la Ligue 1