Esta Liga que acaba de empezar tiene un simbolismo especial ya que es la primera vez que el público pudo asistir a un encuentro donde su equipo en particular, el FC Barcelona, pudo tenerles como apoyo en lo que fue la primera victoria en el primer partido de la Liga 2021-2022. Fueron unos tres puntos cosechados por los de Ronald Koeman, entrenador azulgrana, ante la Real Sociedad. Los vascos perdieron por 4-2, aunque llegaron a ponerse a un solo gol de diferencia.
Los jugadores del Barça, incluidos varios de los capitanes, saludan a la afición tras la victoria contra la Real Sociedad / FCB
La peculiaridad del encuentro tuvo mucho que ver con los asistentes allí presentes, que habían estado sin poder disfrutar del primer equipo en directo desde hace un año y medio. Fueron apenas unos 20.000 aficionados que se repartieron entre socios con entrada y sin entrada. Las autoridades sanitarias fueron las que decidieron ese número en cuestión. Hasta ahí todo claro.
Ovaciones varias: homenajes
Los últimos acontecimientos en el club no pasaron desapercibidos para los que decidieron visitar la catedral del fútbol catalán: el Camp Nou. La marcha de Messi y los asuntos que ligan tanto al expresidente Josep Maria Bartomeu como el actual mandatario, Joan Laporta, fueron motivo de coro para el pueblo.
El minuto 3 fue clave. Fue el momento en el que el público de manera esporádica decidió corear al capitán del equipo, Gerard Piqué. El catalán fue aplaudido tras su gesto, a ojos del público, de bajarse el sueldo de manera abultada para permitir la inscripción de dos de sus compañeros: Memphis Depay y Éric García. Fue esa la razón que se convirtió en un jaleo para agradecer la postura del hombre que abrió la tanda goleadora ante la Real Sociedad.
Gerard Piqué celebrando el primer gol del Barça, también de cabeza / FCB
Si ese minuto fue clave, el 10 lo fue más. Es el número de la Pulga. El número de Leo Messi. Es el número del mejor jugador de fútbol de la historia del deporte rey en España. El público fue mucho más ruidoso. De hecho, se escucharon silbidos y aplausos. Un poco de todo tras la marcha del argentino al París Saint Germain. Es muy difícil que un tema así no cause revuelo en la afición, aunque sea una pequeña parte del estadio. Fueron sendos homenajes que dictaron sentencia. Muy claro.
El público como altavoz
Fueron poco más de 20.000 personas las que alzaron la voz para expresar toda clase de opiniones acerca de las últimas decisiones tomadas por los mandatarios del club con Joan Laporta a la cabeza. Es una manera muy lícita de demostrar el interés que genera un equipo como el Barça. Fue una espera de un año y medio y que ha provocado el silencio de la afición. Gracias al coronavirus y la pandemia, que ha provocado que ninguna junta directiva se hubiese podido someter a la opinión de la gente, siempre soberana.