Por fin. La selección argentina se ha proclamado campeona de la Copa América y Leo Messi ha levantado su primer título internacional con la albiceleste después de fracasar en las últimas cuatro finales que había disputado.
Un golazo de Ángel di María y la excelente actuación coral de Argentina, en la que todos los jugadores han tenido que saber atacar y sufrir para resistir ante un Brasil que ha perdonado las pocas ocasiones claras que ha tenido.
Una primera parte tosca
Los primeros 45 minutos han tenido como protagonista el juego sucio, tosco y parado. La primera amarilla del partido, que vio Fred en el minuto 2, sirve a la perfección para describir la primera parte, pero especialmente el inicio del partido.
La primera ocasión clara fue para Neymar en el minuto 12, pero no pudo concretar. Las faltas se acumulaban hasta que en el minuto 21 aparecería un destello de calidad trascendental: Argentina se adelantaba con una exquisita jugada de Ángel di María, que controlaba un balón excelentemente y lo picaba por encima de Ederson para adelantar a la albiceleste. La racha seguía, pues, añadiendo otro partido a la lista de encuentros en los que Argentina se ponía por delante en el marcador relativamente pronto.
El peligro argentino seguía llegando de las botas del extremo del Paris Saint-Germain, que explotaba las carencias defensivas de Lodi y la amarilla de Fred. Hacia los últimos minutos de mitad, Di María ha caído lesionado pero ha conseguido recuperarse y seguir en el partido. La primera mitad ha terminado con un par de acciones peligrosas de Brasil sin demasiada concreción.
La reacción de Brasil
En el minuto 45 ha entrado Roberto Firmino en sustitución de Fred, que no había aportado mucho y además contaba con una tarjeta amarilla. El cambio, descaradamente ofensivo, ha invitado a la canarinha a ir hacia delante y buscar el empate. Tan solo cinco minutos después Lo Celso ha visto una amarilla que les ha colocado en una situación algo peligrosa, ya que ambos pivotes se ponían en riesgo de ser expulsados.
En el minuto 52 Richarlisson anotaba un gol que era anulado por claro fuera de juego. Brasil avisaba seriamente sobre sus intenciones ofensivas, algo que hacía reaccionar a Scaloni: Leandro Paredes dejaba el campo en pro de Guido Rodríguez. La medida parecía no funcionar, y una confusión defensiva de Argentina dejaba a Richarlisson solo, pero Emiliano Martínez conseguía atajar la oportunidad más clara de los brasileños.
Marcos Acuña y Everton pelean por un balón en la final de Copa América / @Argentina
El ajuste ofensivo de Tite ha puesto a Argentina en jaque, que ha sufrido de lo lindo al no poder aguantar el balón durante demasiado tiempo. En el minuto 62 ha seguido la partida de ajedrez: Tite ha quitado a Everton por Vinícius, y Scaloni ha trasladado a Acuña al mediocentro, sustituyendo a Tagliafico por Lo Celso.
Un final agitado
El partido se ha revolucionado y Di María se ha reafirmado como la mejor arma de Argentina, generando ocasiones a diestro y siniestro por una banda derecha de la que se ha adueñado. La canarinha ha seguido confiando en Lodi y la albiceleste ha seguido atacando por ese carril, provocando en el 68 la amarilla del lateral izquierdo del Atlético de Madrid.
Tite ha querido agitar el partido todavía más dando entrada a Gabigol por Paquetá, que estaba fundido y con amarilla. También ha entrado Emerson para ocupar el lateral izquierdo a pierna cambiada, algo que dice más de Lodi que de Emerson. Scaloni, por su parte, hacía un triple cambio: Romero por Pezzella, Di María por Ezequiel Palacios y Lautaro por Nico González. La batalla estratégica llegaba a su punto cumbre con tan solo diez minutos por jugar.
Brasil se ha lanzado al ataque a la desesperada, y ha tenido diversas ocasiones claras que las manoplas de Emiliano Martínez han rechazado contundentemente. Messi ha perdonado el que sería el gol de la sentencia en el 89 pese a haber sentado a Ederson, y Rodrigo de Paul ha vuelto a fallar solo ante la portería brasileña. Argentina ha sabido aguantar y ha terminado ganando su primer trofeo en 28 años. El gol de Di María vale para que Lionel Messi espante todos los fantasmas del pasado y pueda quitarse esa espina que tanto le ha dolido a lo largo de su fructuosa carrera futbolística. Así lo celebraban los argentinos: