Ya hay final. La selección de Inglaterra se ha metido en la final de la Eurocopa en derrotar a Dinamarca en la segunda semifinal. Los ingleses se enfrentarán a Italia en lo que será una final inédita. El partido se decidió en la prórroga tras el empate a uno final. Un gol de penalti, de rechace, de Harry Kane decantó la balanza de lado inglés (2-1). El próximo domingo se coronará al más grande del continente. Los pelos de punta.
Alineaciones
Inglaterra: Pickford; Shaw, Maguire, Stones, Walker; Rice, Phillips; Sterling, Mount, Saka; y Kane.
Dinamarca: Schmeichel; Christensen, Kjaer, Vestergaard; Stryger, Hojbjerg, Delaney, Maehle; Braithwaite, Dolberg y Damsgaard.
Primera parte vibrante
Inglaterra tenía enfrente a la revelación de la Eurocopa: Dinamarca. Nadie se esperaba que llegase tan lejos en el campeonato si bien había combinados mucho más potentes teóricamente. Los vikingos dieron la cara. Resistieron la ofensiva inglesa, que pusieron un ritmo muy alto e intenso. Una falta al borde del área por parte de Dinamarca dio el campanazo: gol de Damsgaard en el minuto 29. Fue un espectacular lanzamiento directo del danés que se coló por la escuadra de la portería de Pickford. Poco pudo hacer ante el disparo de Damsinho, revelación de la Euro. En tónica culé, Martin Braithwaite mantuvo su nivel de aportación bajo, pese a su actitud insistente pero sin éxito. Un derroche físico en pro de su equipo.
Damsinho marcó un golazo de falta / EFE
Solamente 10 minutos después llegó la igualada de los ingleses que no desesperaron en conseguirlo. Fue por banda derecha el origen del autogol de Kjaer, que poco pudo hacer para evitar ser el protagonista negativo. Un pase atrás de Saka desde la línea de fondo que, en su intento de despeje ante la llegada de Sterling, el capitán danés se lo introdujo en su portería. Con el posterior encierro danés, afectado por el tanto encajado, llegó el descanso.
Segunda mitad sin goles
No fue la segunda mitad de todos los partidos de esta Euro, pero mantuvo un ritmo dominado por Inglaterra. La selección danesa fue a remolque esperando la suya para hacer daño. Sus intentos fueron a través del juego aéreo. Defendiendo realmente bien, los de Southgate trataban de penetrar la defensa rival, que cuando fallaba, se encontraba allí a su guardameta Schmeichel, de lo mejorcito. El descuento, de seis minutos nada más y nada menos, fue un asedio inglés. Fue el momento de más temor por parte de los del norte de Europa.
Un tiempo extra polémico
Un penalti provocado por Sterling fue el foco de atención de una prórroga dominada por Inglaterra. Un piscina que no vio el colegiado, rodeado de jugadores vikingos protestando la polémica acción, ni el Var propició una pena máxima que Harry Kane fue el encargado de transformar. No fue fácil ni a la primera. Schmeichel detuvo el disparo raso a su izquierda dejando un rechace centrado que Kane recogió e introdujo a placer en la portería danesa. Fue el 2-1 que ponía a Inglaterra en la final.
Kane fue el héroe en el penalti / EFE
En la segunda mitad del tiempo extra fue totalmente distinta: Inglaterra se echó atrás y Dinamarca se alió con el balón. Las contras fueron el arma inglesa. El cansancio hacía mella. El final estaba cerca. Braithwaite, que jugó todo el encuentro, tuvo la suya pero el portero desvió a córner. El partido terminó sin ocasiones danesas pero sí una de Sterling. Inglaterra a la final en lo que será su primera final de una Eurocopa. Italia estará enfrente. Partidazo.