Arrepentido. Así se siente José Mourinho tras el bochornoso incidente en el que introdujo el dedo en el ojo de Tito Vilanova. Nunca es tarde si la dicha es buena. Eso dicen. Podría haberlo dicho en su momento, pero no fue así. Sin embargo, reconocer los errores no es algo que haga todo el mundo.
Mourinho y Guardiola con Ibrahimovic / EFE
Estas palabras o confesiones del portugués vienen sacadas de un libro llamado 'Manténgase locos y hambrientos' de João Gabriel. En las páginas del escritor Mourinho hace balance de todos los incidentes y anécdotas vividas a lo largo de su carrera. Quizás es el momento de conocer al José más cercano y personal. De hecho, siempre se ha dicho que el portugués interpretaba un papel de malo de la película que luego en su ámbito privado desaparecía volviéndose una gran persona.
El día del Clásico
Tito Vilanova no era entrenador del Barça. Era el ayudante de Pep Guardiola. Era una de las etapas en la que los clásicos se calentaban bastante. Quizás por la incapacidad del Real Madrid de vencer a un Barcelona que era imparable. La mejor época culé. Estas son sus palabras respecto al incidente: "Yo fui el que falló, no debería haber hecho lo que hice. Claro que no, la imagen negativa se queda para siempre. Tito no tuvo nada que ver con eso. Lo siento por él." Mou es el que falló y por tanto exculpa a los demás. Sobre todo al fallecido Tito. El héroe de la liga de los 100 puntos.
Tito Vilanova levantando la Liga junto a Eric Abidal / Redes
También ha querido hablar acerca de su personalidad tan única y podría decirse borde. El denominado “Special One”, con una carrera con numerosos títulos a sus espaldas, comentó cómo se fabricaba el personaje además de sus riesgos: "He sido un poco víctima de mí mismo. Si pudiera, sería una de las cosas que no repetiría. Gané, gané y gané. Me metí en una dinámica en la que no ganar parecía como el final del mundo. Yo mismo, por mi personalidad, promocioné un poco esto, que todo es siempre para ganar, ganar o ganar. Cuando llegaba a situaciones en las que era muy difícil hacerlo, algo que para otros entrenadores era algo aceptable, para mí siempre se consideró insuficiente, un fracaso.”
El ego es malo
La imagen del portugués siempre ha estado en cuestión, además de su trato con las estrellas con las que ha tratado en sus equipos. Los jugadores que necesitan un trato especial necesitan un trabajo extra por parte del entrenador, dejando patente las diferencias de trato. Así lo explicó: "Tengo un problema con los futbolistas egocéntricos, esos que anteponen metas personales a las metas de equipo. Esto complica el trabajo."