A octavos de final. Un festival por parte de La Roja que se desquitó de sus anteriores partidos. Unos empates ante Suecia y Polonia respectivamente que hicieron mucho daño a los españoles. Este triunfo por 0-5 ante Eslovaquia ha sido balsámico para el once de Luis Enrique, que volvió a revolucionar el once. Esta vez con acierto. Suecia primera, España, segunda. Victoria y redención.
Los jugadores de España saludan a la afición / EFE
Con un once distinto al anterior, el técnico asturiano dispuso de la siguiente alineación: Unai Simon; Azpilicueta, Eric García, Laporte, Alba; Busquets, Koke, Pedri; Sarabia, Gerard Moreno y Álvaro Morata. Es decir, entraron Eric García, Azpilicueta, Busquets y Sarabia por Pau Torres, Rodri, Llorente y Dani Olmo. Se la jugaba.
Una primera parte convulsa
Con energía. Así salió la selección ante Eslovaquia. Un partido en el que se empezó con varias jugadas elaboradas por las bandas y con posesión notable. No dio tiempo a más, que era mucho, hasta que en el minuto ocho, el colegiado pitó penalti con la ayuda del VAR, ya que había pitado falta en contra. Hromada pegó un viaje, expresión andaluza digna de ser dicha en La Cartuja, a Koke. Luis Enrique ordenó que lo chutase Morata, que vivió el día de la marmota: lo falló. Fue una pena máxima mal lanzada, fácil para Martin Dubravka. Otra más.
Sarabia celebra un gol con España / EFE
España encontró el hueco y mediante posesiones intensas las ocasiones no cesaron. Eso sí, sin acierto. El público animaba a un equipo mermado psicológicamente, que únicamente necesitaba meterlas. Esa era la solución. Eslovaquia por su parte estaba siendo testigo del dominio español. Dominio que fue rubricado con un gol de Sarabia, que aprovechó un error de salida de balón de la defensa eslovaca. Sarabia disparó desde la frontal y estrelló el balón en el larguero. El esférico cayó en dirección a la portería y el guardameta en su intento de despeje se lo introdujo en su meta. Una situación variopinta. Situación que fue encarrilada con un gol de Laporte, que remató un centro de Gerard Moreno, que había recibido de Pedri. Un azulgrana muy activo junto a Sergio Busquets, que volvía al equipo. Mucho equilibrio proporcionó. 0-2 para España al descanso.
Llegó la tranquilidad
La segunda mitad empezó con cambios por parte de Eslovaquia, que veía muy difícil remontar a España. Salieron Duda y Hromada por Lobotka y Duris. Fue inútil. La Roja hizo el tercero. También con protagonismo culé. Jordi Alba puso un centro impecable desde la izquierda del área que recibió Sarabia en el corazón del área, que remató de primeras para batir al meta Dúbravka. Las miradas se fueron directamente al partido entre Suecia y Polonia para ser primeros de grupo. España necesitaba que Polonia hiciera daño a los suecos. La nota negativa fueron los silbidos hacia Morata al ser cambiado en el minuto 65. Entro Ferran Torres en su puesto, que llegó y besó el santo. En una gran jugada ensayada de España en un córner, recibió Sarabia y dio el pase de la muerte para que el del Manchester City rematara con mucha clase de tacón para hacer el cuarto. Exquisito. Pero España aún quería más, Pau Torres, también recién entrado hizo la manita ante una Eslovaquia, que había bajado el nivel. Finalmente La Roja se va a octavos como segunda de grupo tras haber ganado Suecia a Polonia.