Ocho jornadas es lo que le queda a la Liga 2020-21. 24 puntos que definirán uno de los títulos más abiertos de los últimos años. Algo sorprendente, y más teniendo en cuenta el irregular inicio de campeonato de los dos favoritos, Barça y Real Madrid. Una situación que se juntó con un arranque estratosférico del Atlético.
Para el parón de Navidad, nadie se planteaba que los del Cholo Simeone pudiesen perder la Liga. Eran el equipo más en forma de España y sacaban 11 puntos de ventaja, con dos partidos menos, a los dos grandes del fútbol español. No obstante, todo cambió a partir del 8 de febrero.
Correa, lamentando una ocasión con el Atlético | EFE
Ese lunes, el Celta privó en el minuto 89 de una victoria colchonera que parecía garantizada. Un resultado que podría haber sido un simple trompiezo, pero que fue el inicio de un cambio de tendencia que está cerca de destronarles del liderato. De los últimos 33 puntos, han sumado poco más de la mitad (17). Una racha que ha provocado que Barça y Real Madrid estén más vivos que nunca en su lucha por llevarse el campeonato, y que incluso ya no se vea a los de Simeone como grandes favoritos.
Dependen de ellos mismos
El único clavo ardiendo al que puede agarrarse el conjunto rojiblanco es que, a ocho jornadas del final, todavía dependen de ellos mismos. No obstante, su dinámica no invita al optimismo. Y es que solo suman una victoria en los últimos cuatro choques, y deberán enfrentarse a la parte decisiva del curso con una plantilla gravemente perjudicada por las lesiones.
Especialmente preocupante es la situación en ataque. A la baja de su gran goleador Luis Suárez, se le sumó en el último encuentro las de Joao Félix, Lemar, Moussa Dembelé y Trippier. Y todo, en un contexto en que, en la antepenúltima jornada de Liga, deberán visitar el Camp Nou en un choque que posiblemente podría definir al campeón de Liga.
Joao Félix, estrella del Atlético, lamentando el empate contra el Betis | EFE
En poco menos de dos meses, los de Simeone han pasado de ser favoritos al menos valorado de los tres candidatos al título. Una situación que no disgusta a Simeone, consciente de que para su ADN, al equipo le conviene tratar de dar la sorpresa. Al Atlético le van la lucha, el sufrimiento y la agonía. Por eso, pese a su mala racha, no se le puede dar por muerte hasta el último segundo.