Hay jugadores que tienen clase en sus celebraciones de goles y otros no tanta. Es el caso de jugadores que son estrellas mundiales y que festejan sus tantos de maneras inmaduras y absurdas. Los hay en todas las ligas de fútbol, pero este caso se centra en dos jugadores de la Primera División española y otro que es un futurible para esta competición: Sergio Ramos, Antoine Griezmann y Erling Haaland.
Empezando por el capitán del Real Madrid, este mismo martes ha protagonizado una celebración de gol con Lucas Vázquez en la vuelta de octavos de final de la Champions League ante el Atalanta (3-1) muy absurda. Los dos jugadores blancos han emulado que se tomaban un té o un chupito, un gesto impropio de un capitán y un jugador veterano. Pero es cierto que las actuaciones esperpénticas de Ramos ya no sorprenden a nadie.
También Griezmann ha hecho varias tonterías desde que fichó por el Barça. Aun así, parece que este año el delantero galo se ha moderado en sus celebraciones goleadoras, dotándolas de algo más de sentido.
Haaland y su ego
Asímismo, Erling Haaland ha sido el protagonista de celebraciones polémicas. Se ha convertido en un clásico verle hacer el buda tras marcar en la Bundesliga, pero la más polémica ha sido la que ha hecho delante de Bono, el portero del Sevilla, en la Champions League.
Bono le paró un balón que entraba dentro en el partido de ida y el noruego le respondió marcándole un golazo en la vuelta. Un gesto que demuestra que Haaland tiene mucho ego para su corta edad y que aún debe madurar si quiere convertirse en un referente social también fuera de los terrenos de juego por su deportividad.