Justo este domingo se ha cumplido un año de la irrupción de manera oficial de la pandemia del Coronavirus en España y del inicio del confinamiento. Una situación sanitaria que ha cambiado nuestro día a día desde ya hace 365 días y también el de todas las entidades deportivas, entre ellas el FC Barcelona.
2020 ha sido un año horrible para todos y todas, pero lo ha sido especialmente también para el club azulgrana. El Barça se ha visto golpeado desde el 14 de marzo del año pasado por una crisis transversal en todos los aspectos del club. Empezando por el más evidente, el económico.
Josep Maria Bartomeu en un acto del Barcelona / EFE
La caída de ingresos de ticketing por jugar los partidos a puerta cerrada, el cierre de tiendas físicas por la bajada de ventas en merchandaising, la mala gestión de la Junta Directiva de Josep María Bartomeu respecto a la política de fichajes, el retraso del inicio de las obras del Espai Barça y el surgimiento del Barçagate han propiciado que el Barça haya pasado de tener una previsión anual en 2020 de ingresar 1.000 millones de euros por primera vez en la historia de la entidad a acumular una deuda a largo plazo que supera dicha cantidad.
La caída de Bartomeu y Setién
La crisis económica e institucional del Barcelona se empezó a gestar a estas alturas del año pasado y a partir de septiembre dilapidó la figura del expresidente Bartomeu, después de que Leo Messi estuviera a punto de abandonar la entidad en verano. A finales de octubre el dirigente azulgrana decidió dimitir y convocar elecciones presidenciales para evitar así una moción de censura hacia su persona.
Freixa, Laporta y Font tras las elecciones / FCB
Empezaba entonces la carrera electoral en la que sólo sobrevivieron las candidaturas de Víctor Font, Toni Freixa y Joan Laporta. Este último fue el ganador de los comicios del Barça el pasado 7 de marzo para ser proclamado por segunda vez en su vida como el máximo mandatario de la entidad deportiva, que, en teoría, deberá ser nombrado como tal oficialmente la próxima semana.
Quique Setién, cabizbajo lamentando los goles del Bayern de Múnich / Redes
El otro caído en el Barcelona en 2020 fue el técnico Quique Setién. Procedente del Real Betis, el extécnico azulgrana salió por la puerta de atrás tras firmar un año en blanco y con el ridículo histórico en los cuartos de final de la Champions League tras perder 2 a 8 contra el Bayern de Munich.
El desbarajuste deportivo
Sin público en los estadios desde marzo de 2020, con Ronald Koeman como nuevo entrenador, la salida forzada de Luis Suárez e Ivan Rakitic y una plantilla del primer equipo en reconstrucción, la esperanza en que el Barcelona podría ganar esta temporada algún titulo era mínima.
Pero este 2021, el conjunto azulgrana ha empezado a cuajar bajo las órdenes del exazulgrana holandés, que combina a jugadores más veteranos con jóvenes promesas y canteranos. Tras caer eliminados de la Champions League en cuartos de final por primera vez en 13 años ante el PSG y perder la final de la Supercopa de España, los azulgranas le han tomado el pulso a la Liga y sí que han conseguido meterse en la final de la Copa del Rey, con la aspiración de conseguir un doblete.
Ronald Koeman dirigiendo al Barça contra el Sevilla / FC Barcelona
Por otra parte, el Barça Femenino es el único que ha seguido en trayectoria ascendente durante este año natural, ganando un triplete en 2020, con la nueva temporada doméstica ya casi metida en el bolsillo habiendo jugado en el Camp Nou 50 años después, de nuevo clasificadas para la Copa y ya en cuartos de la Champions League. También el Barcelona de baloncesto ha revivido tras el año en blanco que también firmó bajo las órdenes de Pesic en 2020 con la llegada de Mirotic y Sarunas Jasikevicus, ganando el primer título de esta campaña para la entidad azulgrana.
Adaptarse a la nueva realidad
Pero, quizás, lo más duro a nivel emocional para los jugadores, trabajadores, aficionados y medios de comunicación que cubren la actualidad del Barça ha sido ver cómo la pandemia ha cambiado sus rutinas de forma radical. Desde marzo, los estadios están vacíos, las ruedas de prensa son telemáticas, los trabajadores azulgranas que no son deportistas han vivido un ERTE y ahora teletrabajan (el 90% del total), el aforo para los periodistas en los partidos es limitado y las plantillas deportivas se someten cada tres días a test PCR, entre otras muchas novedades en cuanto a medidas sanitarias por la pandemia.
Además, el club azulgrana se ha visto obligado a hacer rebajas salariales a sus deportistas y a ajustar un máximo salarial de cara a la próxima temporada para compensar los gastos de la entidad. Una situación económica que se ha complicado desde marzo de 2020 para todos los que trabajan dentro del Barça, pero también para los terceros que trabajamos por él.
Leo Messi, sentado en el banquillo y con mascarilla en el Barça-Betis / FCB
Lo mejor que ha podido dejar esta experiencia al Barcelona y a todo su entorno ha sido ver la unión de los equipos y de los socios y socias y culés en los peores momentos. Ahora, con un nuevo presidente y unos primeros equipos que empiezan a cuajar y funcionar a alto nivel, el barcelonismo está recobrando la esperanza en este 2021 en el que quizás también pueda volver a haber público en el Camp Nou.