El Barça-Sevilla de este miércoles en el Camp Nou estuvo cargado de épica, momentos memorables y, como no podía ser de otra manera, de polémica. El equipo azulgrana fue tremendamente superior a los hispalenses, que tras el encuentro focalizaron toda su ira en la actuación del colegiado Sánchez Martínez y el VAR.
Los andaluces reclamaron la expulsión de Mingueza en el penalti sobre Ocampos y pidieron también penalti por unas manos de Lenglet dentro del área culé. Se olvidaron, eso sí, de las manos de Ocampos en la segunda mitad y del manotazo que dio Diego Carlos a Braithwaite que podría haber acarreado roja directa.
Pique en el túnel
El partido se fue calentando y el pico de crispación llegó cuando Sánchez Martínez indicó el final del encuentro. Pepe Castro, presidente del Sevilla, y Monchi, director deportivo, bajaron a la zona de vestuarios para acompañar a los jugadores, y allí se encontraron con Leo Messi y Pepe Costa.
Leo Messi rodeado de jugadores del Sevilla / FC Barcelona
Según desveló la Cadena SER, los sevillistas espetaron que "siempre ganáis igual". Los azulgranas no se mordieron la lengua: "Os vais calentitos a casa". Messi y Pepe Costa también recordaron a Monchi sus palabras sobre Koeman en el Sevilla-Barça del pasado sábado en Liga, que concluyó 0-2. La cosa no pasó de ahí.
Cabe recordar que el reputado director deportivo del Sevilla atacó al preparador neerlandés: "Han tenido efecto las declaraciones del llorón". Koeman no entró al trapo y se limitó a levantar el pulgar de forma irónica.
Carácter
El encontronazo de Messi con Monchi sorprende menos si se tiene en cuenta el carácter que exhibió el astro argentino durante todo el encuentro. Celebró con euforia y rabia el gol de Piqué y, mientras corría a abrazarse con el resto de sus compañeros, gritó el tanto en la cara del árbitro, tal y como ha mostrado el programa Jugones.
Leo Messi luchando un balón con Fernando / EFE
Más allá de este hecho anecdótico, Leo dio indicaciones y pidió pausa y tranquilidad al resto del equipo antes de que empezara la prórroga. El delantero argentino era consciente de que la euforia del gol final de Piqué podía llevar a la precipitación y era importante mantener la concentración para sellar la remontada.
Por si todavía alguien tenía dudas, Messi demostró este miércoles que es tan barcelonista como el que más. La celebración del gol de Piqué, la arenga a sus compañeros y el pique con Monchi así lo acreditan.