El Manchester City de Pep Guardiola empieza a perder el tren de la Premier League. El equipo citizen se encuentra a cinco puntos de los líderes Tottenham y Liverpool, que se enfrentan este miércoles entre sí. Si uno de los dos vence, el cuadro skyblue se quedará a ocho puntos de la primera posición tras 13 jornadas.
El conjunto dirigido por el técnico de Santpedor volvió a pinchar este martes, en un choque contra el West Bromwich Albion disputado en el Etihad. Los locales se adelantaron en el 30' gracias a un gol de Gundogan, pero Rubén Dias, en propia puerta en el 43', neutralizó el marcador y condenó a los suyos al empate.
Fuera de sí
El City dominó la posesión del encuentro en la segunda mitad, pero fue incapaz de marcar. Cuando el partido estaba llegando a su fin, Guardiola explotó. El cuarto árbitro añadió únicamente cuatro minutos y el de Santpedor se encaró con él mientras éste intentaba sostener el tablero.
Guardiola se enfadó con el asistente / EFE
El que fuera entrenador del FC Barcelona se pasó la prolongación entera protestando e incluso llegó a poner las manos sobre el marcador y el propio colegiado. Le pidió explicaciones, pues a su entender debía haber añadido más minutos de los que añadió. Así lo explicó en la sala de prensa.
La reacción de Guardiola bien pudo costarle una sanción, pero no fue expulsado del partido y habrá que ver si es castigado a posteriori. El enfado fue el producto de ver que no le están terminando de salir las cosas a su equipo como desearía.
30 años
El cabreo de Guardiola se produjo un día antes del 30º aniversario de su debut con la camiseta del FC Barcelona. El preparador de Santpedor fue titular en el encuentro que disputó el equipo azulgrana frente al Cádiz el 16 de diciembre de 1990. Cruyff quedó impresionado por su rendimiento y lo convirtió en uno más del primer equipo.
Pep Guardiola en un encuentro con el Manchester City / EFE
El resto es historia. El catalán defendió el escudo del club culé durante once temporadas, jugó 378 partidos oficiales, marcó 11 goles y repartió 37 asistencias. Tras colgar las botas, se sentó en el banquillo y cambió la historia del Barça, construyendo un equipo único y que para muchos es el mejor de la historia.