El FC Barcelona viaja este miércoles a Hungría para enfrentarse al Ferencvaros en la quinta jornada de la fase de grupos de la Champions League. Los culés, con el billete para octavos ya bajo el brazo, buscarán certificar su pase como primeros de grupo. Y lo harán sin tres de las grandes estrellas. Leo Messi, Ter Stegen y Coutinho fueron desconvocados por Ronald Koeman y se quedarán en Barcelona.
El Barça se traslada a un país con el que guarda una relación especial. Tres mitos que dejaron huella en la capital catalana defendieron tanto los escudos de la entidad culé como del cuadro magiar a lo largo de su carrera: Ladislao Kubala, Zoltan Czibor y Sandor Kocsis.
Kocsis, Kubala y Czibor en foto de archivo / FCB
El primero es el más conocido por el barcelonismo. Posiblemente el primer icono futbolístico de la historia del Barcelona a lo largo de la segunda mitad del siglo XX, que cuenta incluso con una estatua en el Camp Nou. Kubala, que había jugado en el Ferencváros antes de llegar a Barcelona, militó en las filas del cuadro catalán entre 1950 y 1961, un largo lapso de tiempo en el que consiguió anotar 194 goles en 256 partidos con la elástica azulgrana. En Can Barça, Kubala levantó un total de 19 trofeos, creando su propia leyenda futbolística.
Precisamente, Kubala fue el principal partícipe de la llegada de otros dos mitos húngaros, en una época compleja donde el país se vio envuelto en una revolución comunista. Esta rebelión comportó la huida de algunos futbolistas a la europa occidental junto a sus familias. Y la llegada, entre muchos, de Sandor Kocsis (1958-1966) y Zoltán Czibor (1958-1961) al cuadro catalán.
Huida de la batalla
Zoltán Czibor hijo atendió a Culemanía para explicar con detalle como fue el fichaje de su padre por el FC Barcelona. En 1956, el extremo húngaro se encontraba disputando competiciones europeas con el Hoved. Fueron eliminados por el Athletic Club, pero el futbolista decidió no volver a Hungria, donde se desencadenó la revolución comunista.
Fue uno de los muchos jugadores de aquel equipo que optó por acordar con contrabandistas su huida de Hungria junto a su familia, y emigrar hacia la Europa occidental en busca de una nueva oportunidad lejos de la batalla. Se estableció en Italia con su familia, lo que le acarreó amenazas de las autoridades húngaras y una inhabilitación de la FIFA por dos años.
Czibor, en un partido con el Barça | FCB
Durante ese tiempo fichó por la Roma donde solo pudo jugar amistosos, hasta que Kubala llamó a su puerta y le convenció de que se trasladara a Barcelona. En 1958-59, cuando finalizó su sanción, fichó por el Barça, con el que jugó tres años en los que consiguió una Copa de Europa de Ciudades en Feria, dos Ligas (1958-59 y 1959-60) y una Copa del Generalísimo.
Carácter especial
El mismo hijo de Zoltán Czibor reconoce que su padre tenía un carácter especial. Explica que fue "muy feliz" en Barcelona y que prácticamente no tuvo problemas con nadie. Bueno, con alguien sí. Con el entrenador en sus dos primeros años, Helenio Herrera, mantuvo algunas rencillas.
En concreto, una fue especialmente intensa cuando Czibor decidió marcharse del terreno de juego, y sentarse en la primera fila de las gradas al ver a un amigo suyo. Estuvieron varios minutos hablando hasta que el técnico se dio cuenta que jugaban con uno menos.
Finalmente, otro detalle que demuestra su ambición, su calidad y también su humor fue cuando se apostó con su último míster en el Camp Nou, Ljubisa Brocic, que si marcaba un hat-trick podría ahorrarse el viaje del equipo en el próximo partido de Copa del Rey. Evidentemente, lo consiguió. Un talento único marcado por las complejidades de la época. Capaz de superar todos los contratiempos para seguir disfrutando del fútbol y cuidando de su familia.