Tenía que llegar el día malo. Y llegó ante el rival más inesperado. El Astroballe acogió el duelo entre el primero de la Euroliga, el FC Barcelona, y el último, el Asvel Lyon-Villeurbanne. Los culés llegaron al encuentro con una derrota en nueve encuentros. Los franceses, con una victoria en siete.
Era complicado imaginar lo que iba a pasar. El equipo propiedad de Tony Parker, exjugador de la NBA, pasó por encima de los de Sarunas Jasikevicius de principio a fin. El cuadro galo fue por delante en el marcador prácticamente durante todo el partido, salvo en el 5-6 inicial, y en ningún momento se intuyó que el Barça pudiera llegar a ganar el encuentro. Fue un choque desastroso de principio a fin.
Debilidad defensiva
Las defensas brillaron por su ausencia en los instantes iniciales del duelo. Ambos equipos se encontraron muy cómodos en ataque. Cuando apenas habían transcurrido cinco minutos, el electrónico señalaba un abultado 12-10. Asvel apretó el acelerador a partir de ese momento y empezó a poner tierra de por medio con el FC Barcelona.
Higgins contra Asvel / EFE
Las rápidas transiciones de los franceses hicieron mucho daño a los azulgranas, incapaces de frenarlas. Al equipo culé le faltó concentración durante algunos tramos, mientras los galos estaban metidos de lleno en el encuentro. Al final del primer periodo, Asvel mandaba por 25-19 en el marcador. No es común ver al conjunto de Saras encajar 25 puntos en un cuarto.
El Barça saltó dormido a la pista en el segundo cuarto. Los locales cosecharon una ventaja de diez puntos (33-23) y, a partir de ese momento, el combinado blaugrana tuvo que nadar a contracorriente. Incrementó la intensidad en defensa, pero en ataque se estrelló contínuamente contra un muro. Al descanso, 45-36 y fue difícil encontrar a un jugador que brillara por encima del resto.
Insuficiente
Tras la reanudación se intuyó un cambio de actitud por parte de los de Jasikevicius. En apenas dos minutos, el FC Barcelona pasó del 45-36 al 48-43. Lamentablemente, fue solo un espejismo. Los tiros seguían sin entrar y Asvel estuvo tremendamente inspirado, especialmente desde la línea del 6,75. A falta de diez minutos, el encuentro estaba prácticamente sentenciado (65-53).
Abrines contra el Asvel / EFE
No hubo reacción en el último cuarto. El equipo francés no permitió en ningún momento que el Barça entrara al partido y el 75-59 a falta de cuatro minutos fue definitivo. El conjunto azulgrana tiró la toalla, Jasikevicius dio minutos a los menos habituales y Asvel se hizo con una victoria de prestigio (80-68).
La mejor muestra de que el FC Barcelona no estuvo metido en el encuentro en ningún momento es que no ganó ningún parcial. El único que no perdió, el cuarto (15-15), ya no tenía ninguna relevancia.