El deporte mundial está de luto. Diego Armando Maradona ha fallecido este miércoles a los 60 años después de sufrir un paro cardiorrespiratorio en su casa de Tigre. Varias ambulancias se desplazaron hasta el domicilio del Pelusa para atenderle, pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida.
Cabe recordar que hace menos de un mes fue intervenido de urgencia de un hematoma subdural en la cabeza. El Pelusa se estaba recuperando de la operación en el barrio de San Andrés, en Tigre. El mundo del deporte se despide de uno de los más grandes. De una persona que llevó al fútbol a otro nivel.
Directo al estrellato
Nacido en Lanús el 30 de octubre de 1960, Maradona no tardó en deslumbrar a los espectadores. Debutó en la máxima categoría a diez días de cumplir los 16 años. Sus primeros pasos en Argentinos Juniors no dejaron indiferente a nadie, llamó la atención de medio planeta y en 1981 se decidió a fichar por Boca Juniors.
Maradona ficha por el Barça en 1982
No fue hasta el Mundial de España cuando eclosionó. Su gran rendimiento le llevó a fichar por el FC Barcelona en el verano de 1982. Jugó tan solo dos temporadas en el Camp Nou, tiempo más que suficiente para convertirse en un ídolo del barcelonismo. En 1984 se terminó su etapa culé y fichó por el Nápoles, el club que lo encumbró a nivel internacional.
En Italia se convirtió en una verdadera leyenda. Aterrizó en un equipo que un año antes estuvo peleando hasta la última jornada por la permanencia y lo transformó en uno de los mejores de Europa. Dos campañas después de su llegada, el Nápoles terminó tercero en la Serie A. Y con la inconfundible sensación que el equipo iría para arriba.
El Mundial de 1986
La carrera de Diego Armando Maradona no se explica sin el Mundial de México del año 1986. Argentina llegó al torneo como una de las selecciones aspirantes a hacerse con el entorchado. El combinado albiceleste contaba con estrellas de la talla de Jorge Valdano u Óscar Ruggeri, aparte del 10, claro está.
Messi y Maradona durante un partido con Argentina/ Twitter
La albiceleste superó la primera fase y los octavos de final sin demasiados problemas. Y el 22 de junio llegó uno de los partidos más recordados de la historia del fútbol. Argentina e Inglaterra se midieron en el Estadio Azteca de México por una plaza en las semifinales. El Diego se echó el equipo a la espalda y derrotó al cuadro inglés con dos goles para la historia (2-1). El primero, con la famosa Mano de Dios. Y el segundo, con el tanto más icónico de este deporte: cogió el balón en el centro del campo, regateó a seis jugadores ingleses y acabó rematando a puerta vacía.
En semifinales se volvió a exhibir con un doblete ante Bélgica que dio el billete a semifinales a la selección albiceleste. En la final llegó el turno de Alemania Federal. Los argentinos se pusieron con ventaja de 2-0 gracias a Brown y Valdano. Rummenigge y Voller igualaron la contienda. A siete minutos del final, Maradona se inventó una asistencia descomunal a Burruchaga para que este diera el segundo Mundial de su historia a Argentina.
El Nápoles, a lo más alto
El Mundial de México significó un antes y un después en la carrera de Maradona. La temporada inmediatamente posterior, la 1986-87, llevó al Nápoles a la conquista de la Serie A y la Coppa de Italia. Un doblete que se ha repetido más veces a lo largo de la historia, pero que hasta ese momento solo habían logrado Torino, Juventus e Inter de Milán.
Maradona celebrando un título con el Nápoles / Redes
En 1988 y 1989 se tuvo que conformar con el subcampeonato. En su quinta temporada en Italia conquistó la Copa de la UEFA, el único título internacional que ganó con clubes. En 1990 volvió a lograr el scudetto tras liderar al Nápoles en una lucha agónica con el Milán, que acabó quedando segundo.
Ese mismo año estuvo a un solo partido de agrandar su leyenda con la selección argentina. El Mundial se disputó en Italia, pero la albiceleste fue local en muchos encuentros debido a la presencia de Maradona. El combinado argentino llegó hasta la final tras superar a Brasil, Yugoslavia e Italia. En la final, Alemania Federal se vengó de lo sucedido cuatro años antes y se llevó el campeonato.
Drogas y últimos años
Tras el Mundial de Italia empezó el declive del Pelusa. En 1991 dio positivo por cocaína en un control antidopaje posterior a un encuentro y fue sancionado con 15 meses sin jugar. Mientras cumplía sanción, se trasladó a Argentina. Allí, mientras estaba en casa con unos amigos, sufrió una redada policial con la que se hallaron drogas.
Descenso a los infiernos
En julio de 1992 se acabó la sanción y Maradona optó por cambiar de aires. Regresó a España para jugar en el Sevilla, pero el equipo hispalense vio a un jugador que era la sombra del que en ese momento era considerado como el mejor de todos los tiempos. En 1993 volvió a Argentina para defender la camiseta de Newell's Old Boys.
Y entonces llegó el Mundial de Estados Unidos, que prácticamente puso fin a su carrera. Dio positivo de varias sustancias en el control antidopaje y fue sancionado con 15 meses sin jugar. Cuando acabó la sanción, en 1995, fichó por Boca Juniors, donde acabaría colgando las botas en el año 1997.
Vida después de la retirada
Tras la retirada, sufrió varios problemas de salud, algunos de ellos relacionados con su adicción a las drogas. Pasados los años, fue vicepresidente de Boca Juniors entre 2005 y 2006. En 2007 fue internado por sus problemas con el alcohol, sufrió una recaída y finalmente se recuperó.
Maradona y Messi en una imagen de archivo / EFE
En 2008 cogió el mando de la selección argentina, a la que dirigió hasta el Mundial de 2010. La humillación sufrida ante Alemania en cuartos de final (4-0) significó su adiós como técnico de la albiceleste. Tras pasar por los Emiratos Árabes y Bielorrusia y México, el Gimnasia y Esgrima La Plata fue su último club como entrenador. Un club que, como el resto del fútbol mundial, llora hoy su muerte.
Descanse en paz, Diego Armando Maradona.