En verano de 2011 el FC Barcelona cerró el fichaje de un jugador ex de La Masía que volvía a casa maduro y con el objetivo de sumar en todo un campeón de la Champions League. Este no era otro que Cesc Fábregas, que llevaba ventanas de fichajes sonando para reforzar la medular azulgrana.
Finalmente llegó y se puso a las órdenes de Pep Guardiola en un equipo rodado con figuras como Leo Messi, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, David Villa, Sergio Busquets o Pedro Rodríguez. Se pagó al Arsenal 29 millones de euros fijos más cinco en variables.
El Barça celebrando con Guardiola el sextete la temporada 2009-10 / EFE
Su adaptación parecía haber sido excelente. Marcó en la Supercopa de Europa y se entendía de eso más bien con el argentino en la mediapunta. Poco a poco su rendimiento dio un bajón y salió tres temporadas más tarde, en verano de 2014, a lo que era la antítesis del Barça de Pep: el Chelsea de Mourinho.
“No mantengo ninguna relación con Pep”
En una entrevista en Catalunya Ràdio, le preguntaron sobre qué relación tiene con Guardiola. “No mantengo ninguna con él, nada de nada, y no sé si la decepción es mutua”, disparó el centrocampista del Mónaco. “Al final me faltó sintonía y todo fue muy rápido. Ahora que ha pasado el tiempo, mis sensaciones son que todo fue mucho mejor de lo que me pensaba en aquel momento”, explicó sobre su regreso a Barcelona.
Sobre José Mourinho, con quien coincidió una temporada en Stamford Bridge, apuntó que “no me sentí un antihéroe por ir al Chelsea con Mourinho, porque tenía que pensar en mí y me gustó su proyecto. Mantenemos el contacto y le considero hasta un amigo”.
Cesc Fàbregas y José Mourinho en el Chelsea / Redes
El culebrón de su amigo Messi
Fàbregas hizo muy buenas migas con Messi en Barcelona. Ahora, con la continuidad del argentino sobre la mesa, simplemente le dio las gracias: “No sé qué hará el año que viene, pero como culé tengo que estarle agradecido por haberse quedado en el Barça”.
Luego, añadió que “no creo que se sienta solo ni que se haya roto la relación con la afición, porque Messi es demasiado grande. La afición valorará todo lo que ha hecho”. Cesc todavía tiene la sensación que no ha tomado la decisión definitiva y que puede cambiar de opinión.