El escandaloso problema del ‘nueve’ en la selección española

España tiene un problema grave. Quedó patente en la derrota ante Ucrania. El conjunto español se mostró muy superior a nivel de juego, pero no tuvo suerte de cara a portería. Y no es la primera vez que pasa. Luis Enrique necesita encontrar un nueve de consenso antes de que sea demasiado tarde. 

La derrota ante el conjunto entrenado precisamente por uno de los grandes arietes de la historia, Andriy Shevchenko, fue un aviso importante de que algo tiene que cambiar en el combinado nacional. El técnico asturiano ha conseguido rejuvencer al equipo, y dotarle de muchas más armas ofensivas. Con Ansu Fati y Adama Traoré en las bandas, puede obviar durante muchos lances de los enfrentamientos el control de la posesión, y apostar por un fútbol más vertical. 

Rodrigo Moreno, en una acción con la selección española | EFE

Rodrigo Moreno, en una acción con la selección española | EFE

No obstante, de nada sirve si después no dispones de un goleador que envíe los balones a la red. Las opciones que tiene en mente Lucho son muchas. Pero ninguno acaba de ser un atacante de garantías. El jugador que tiene más sed de gol es Gerard Moreno, actual Zarra, pero en el 4-3-3 no acaba de sentirse cómodo. En la recámara está también Rodrigo o Diego Costa, perfiles muy distintos entre ellos. Es tan grave el problema, que el que genera más consenso es un Iago Aspas con 33 años ya. 

¿Ansu Fati, alternativa de futuro... y de presente?

En cambio, mucho más atrás ha quedado la opción de Álvaro Morata, que se marchó por la puerta de atrás del Atlético de Madrid y no está teniendo el rendimiento esperado en la Juventus. Lo que deja a Luis Enrique en un serio contratiempo, y con pocas opciones claras. 

El jugador que ha demostrado más gol y eficacia en los últimos meses con España es un joven Ansu Fati al que, con solo 17 años, no se le puede cargar toda la responsabilidad. Es una opción de futuro y también de presente, que con el tiempo apunta a ser un 9 puro. Pero de momento, no está preparado. Igual que tampoco se puede apostar como killer por un Adama Traoré que impresiona, intimida y rompe en velocidad, pero esta claramente falto de recursos en los metros finales. 

Luis Enrique, dando instrucciones a Ansu Fati | EFE

Luis Enrique, dando instrucciones a Ansu Fati | EFE

¿Y si la solución es un cambio de sistema? Durante todos sus años en el banquillo de grandes equipos, Luis Enrique se ha mostrado un fiel defensor del 4-3-3. No obstante, sin un rematador, esta alternativa pierde fuerza. Un tradicional 4-4-2 o un 4-2-3-1, como el Barça de Koeman, seguramente sería una transformación necesaria para un equipo que se muere sin una referencia clara.