Aunque ha tardado, el FC Barcelona al fin ha emprendido la "amplia reestructuración" de plantilla que prometió a mediados de agosto, justo tras la destitución de Quique Setién. Ha acabado un ciclo en el club azulgrana y debe empezar otro. Y para eso se necesitan cambios, como ya pronosticó Luis Enrique hace unos años.
Más allá de Arthur Melo, cuya salida se produjo por motivos económicos, el Barça ha dado puerta a Iván Rakitic, Arturo Vidal y Luis Suárez, todos ellos mayores de 30 años, y también a Nelson Semedo. La entidad consideraba que eran marchas necesarias para poder empezar a construir un nuevo proyecto.
Avisó
Luis Enrique, en una entrevista concedida a Catalunya Ràdio, advirtió hace más de un año que, cuando él se fue del Camp Nou -en 2017-, el equipo ya necesitaba cambios: "Al principio de la tercera temporada comuniqué al club que buscara un sustituto. Yo es que ya no tenía nada más para dar".
El preparador asturiano, ahora en la selección española, apuntó que "para mí hubiera sido muy fácil renovar, un contrato bestial en mi casa, mejor imposible. Y con los mejores jugadores. Pero luego pensaba que este grupo tan especial de futbolistas en el Barça...".
Luis Enrique continuó la frase: "El jugador necesita que venga otro. Otra manera de ver las cosas, otra manera de llegar al jugador. Yo creo que lo necesitan. ¿Cambiar a la mejor generación de jugadores, estamos locos? Yo creo que el mensaje se agota". Aunque no lo dice explícitamente, se puede leer entre líneas que el actual seleccionador español consideraba que había que hacer cambios en la plantilla, pero era complicado.
Dolido
Uno de los partidos que marcó la trayectoria de Luis Enrique en el FC Barcelona, para mal, fue el 4-0 que encajó el equipo azulgrana contra el París Saint-Germain: "Fue como ir a un combate de boxeo sabiendo que eres mejor, pensando que el jugador está al 100% mentalizado y todo está preparado".
Luis Enrique, saludando a Messi en su etapa en el Barça | EFE
El preparador asturiano prosiguió: "Había un claro plan de trabajo, siempre intentando que el jugador asimilara lo que intentábamos hacer... Me sentí muy dolido, y lo dije luego en el vestuario. Me gustaba que el jugador percibiera que yo le diría lo que había hecho mal".
Luis Enrique salió del Barça muy quemado. Anticipó que el conjunto azulgrana necesitaba cambios, pero como bien advirtió, era complicado atreverse a realizarlos dos años después de ganar una Champions".