Neymar deberá seguir esperando. El futbolista brasileño tuvo este domingo su primera oportunidad para levantar la Champions con el París Saint-Germain, pero el Bayern se la arrebató. El equipo alemán, con un solitario gol de Kingsley Coman, se alzó con el sexto entorchado europeo de su historia.
No fue el partido de Neymar. Se puso el PSG a la espalda en la recta final, pero no pudo derrocar la defensa del cuadro bávaro. Cuando no era uno, era otro quien le quitaba el esférico. Tras sus exhibiciones ante Atalanta y Red Bull Leipzig, el astro carioca no pudo ser determinante en la final y vio como la orejona se marchaba para Múnich.
Declaraciones
El delantero del París Saint-Germain apareció en Twitter dos horas después de la derrota. No habló ante los medios de comunicación, pero sí lo hizo en las redes sociales. El jugador, como no podía ser de otra forma, lamentó el revés en la final pero agradeció el apoyo recibido las últimas semanas.
Neymar llorando tras la final / EFE
Neymar señaló que "perder es parte del deporte". Asimismo, añadió que "lo intentamos todo, luchamos hasta el final", elogiando de esta forma el desempeño del equipo, que hizo sufrir al Bayern hasta que el colegiado indicó el final del encuentro.
Por último, dio las gracias a todos aquellos que han estado a su lado estas últimas semanas: "Gracias por el apoyo y el cariño a cada uno de ustedes". Y, evidentemente, dio la enhorabuena al campeón: "Felicidades al Bayern".
Llanto desconsolado
Neymar estaba destrozado tras acabar el encuentro. Cuando el árbitro indicó el final, él rompió a llorar y David Alaba lo abrazó rápidamente. Ni sus compañeros pudieron consolarle. Mientras el Bayern festejaba, se sentó en el banquillo del Estadio da Luz para seguir llorando por la derrota.
Neymar lamenta la derrota contra el Bayern en la final de la Champions / EFE
Hubo más lágrimas en la ceremonia de premios. Al ir a recoger la siempre desagradable medalla de plata, seguía llorando. Evidentemente, la medalla se la quitó poco después de recibirla. Estaba devastado. Llevaba esperando ese partido tres años y, cuando por fin logra jugarlo, va y lo pierde.