La magia de la Champions. El Olympique de Lyon sorprendió al Manchester City de Pep Guardiola (1-3) y consiguió su billete para las semifinales, donde se enfrentará al favorito Bayern de Munich. Los franceses optaron por una estrategia conservadora, que les funcionó a la perfección.
Se adelantaron en el marcador y sobrevivieron al asedio de los citizens durante gran parte del choque. Y en los últimos minutos, la efectividad de Dembelé fue suciente para cargarse al equipo de Manchester. La Champions de las sorpresas vuelve a hacer de las suyas.
Un valiente OL sorprende a Guardiola
El Manchester City de Pep Guardiola venía avisado a su choque de cuartos de final de la Champions contra el Olympique de Lyon. Los citizens llegaban como claros favoritos. Sin embargo, si algo ha manifestado el nuevo formato de la máxima competición continental es que, a 90 minutos, todos los equipos son peligrosos, y cualquier error puede enviarte a casa. Tanto PSG como Atletíco sufrieron en exceso contra conjuntos téoricamente inferiores. De hecho, los colchoneros incluso fueron eliminados por un superior Leipzig.
Sin embargo, los ingleses no hicieron caso a estas advertencias, y se vieron sobrepasados por un conjunto francés que les superó en intensidad, ilusión y ganas durante los primeros 45 minutos. El plan de Rudi García salió a la perfección al OL. Líneas muy juntas en defensa, e intentar aprovechar la velocidad de sus atacantes al contraataque. Cedieron la posesión a los hombres de Guardiola, que pese a tener el balón, se vieron incapaces de superar la armadura defensiva del cuadro galo.
Pep Guardiola, enfadado en el partido contra el OL | EFE
La situación todavía empeoró más para el equipo de Manchester tras el gol de Cornet en el minuto 25 del choque. Con este tanto, los jugadores del Lyon todavía recularon más y se encerraron, en busca del milagro. Una estrategia que les funcionó durante una igualada primera mitad.
Jarro de agua fría
La estrategia del equipo de Rudi Garcia no cambió tras el paso por los vestuarios. Conseguir que el City no anotase un gol se preveía una auténtica utopía. El partido pasó a jugarse solo en campo francés, con los citizens añadiendo cada vez más futbolistas a su ataque en busca del empate. Y evidentemente, no tardó el cuadro inglés en conseguir las tablas. Fue un Kevin De Bruyne, el mejor del choque, el que definió una gran combinación con Sterling.
Con el empate en el electrónico, la superioridad del City todavía fue más manfiesta. No obstante, la mala fortuna se adueñó del equipo de Manchester cuando mejor estaba jugando. Clave fue la entrada en el terreno de juego de Moussa Dembelé, que en el primer balón que tocó, sorprendió a la defensa celeste para anotar el segundo para el Olympique de Lyon. Un auténtico jarro de agua fría.
Moussa Dembelé, celebrando su gol ante el City | EFE
Sin embargo, los hombres de Pep Guardiola no se resignaron, y pusieron toda su alma para empatar en los diez minutos que le quedaban al partido. Sterling falló una ocasión clarísima a portería vacía. Y en la siguiente acción, de nuevo Dembelé sentenció el choque tras aprovechar un error de Ederson. La magia de la Champions. El City de Guardiola se queda fuera de nuevo, y el OL jugará contra el Bayern de Munich en busca de un billete para la final.