Vuelve la Liga. Vuelve el FC Barcelona. Vuelve Leo Messi. Se acabó la espera. Lo que parecía improbable en marzo y abril se convertirá en realidad mañana. El equipo azulgrana regresará a la actividad tres meses después visitando al Mallorca en Son Moix. Será la primera de las once finales que quedan a los catalanes.
La ventaja con el Real Madrid es mínima, de tan solo dos puntos. Cualquier mínimo error puede costarle el título al conjunto catalán. Los de Setién han sufrido toda la temporada fuera de casa, y el choque frente a los bermellones será una buena piedra de toque para evaluar el nivel del Barça tras el confinamiento.
Exhibición
Será también una buena muestra para descubrir cómo está Leo Messi. El delantero argentino se ejercitó al margen del grupo a principios de semana por molestias musculares. Ya hace días que se entrena junto al resto de sus compañeros y, de acuerdo con Setién, está al cien por cien para medirse al Mallorca.
Así lo ha evidenciado en los últimos entrenamientos. El 10 ha ofrecido auténticas exhibiciones sobre el tapete de la Ciutat Esportiva. En la sesión de este jueves, dejó a sus compañeros y al staff técnico boquiabiertos con una vaselina desde la frontal que se estampó en el larguero. Luis Suárez culminó a bocajarro.
No fue la única vaselina del entrenamiento. Poco después, se inventó otra desde el vértice de lo que sería el área que volvió a coger por sorpresa a Neto y, esta vez sí, acabó en el fondo de las mallas. Más allá de estos detalles técnicos, fue el rey del partido de la sesión y puso varios balones en bandeja a Griezmann, Ansu Fati, De Jong y cualquiera que compartiera equipo con él. Las dudas se han disipado por completo.