A pesar de que la pandemia de COVID-19 ha afectado a las celebraciones y algunos actos como la peregrinación a La Meca no se ha podido realizar, los musulmanes alrededor del mundo han festejado el Eid al Fitr, que conmemora el final del Ramadán y Ousmane Dembélé también lo ha celebrado. El jugador del Barça lo ha hecho en casa junto a su hermano Malick y su amigo Moustapha Diatta.
Pese a las restricciones que han impedido las reuniones familiares y la asistencia a mezquitas, el fin del Ramadán ha sido celebrado adaptando las tradiciones a la situación actual y Dembelé ha mostrado en redes sociales lo que ha hecho para conmemorar el día.
El Barça ya ha vuelto a los entrenamientos, pero el francés no puede formar parte de ellos. Dembelé aún se está recuperando de su última lesión. Cuando el jugador regresaba a los entrenamientos a principios de febrero sufrió una rotura del tendón proximal del bíceps femoral del muslo derecho. El jugador fue operado en Finlandia con éxito pero su cirujano ya advirtió que al estar más dañado el tendón, la recuperación sería podía ser más complicada.
Está previsto que el jugador esté seis meses de baja, así que no podría jugar hasta finales de verano. Curiosamente, Dembelé no había sufrido ninguna lesión antes de llegar a Barcelona. Desde que se firmó su acuerdo en agosto de 2017, el delantero ha jugado 74 partidos jugados, 66 encuentros los ha pasado en la enfermería por nueve lesiones. En estos casi tres años ha anotado 16 goles.
Han sido varias las fuentes las que han denunciado el tipo de vida que lleva el francés, malos hábitos, mala alimentación y compañías han afectado a su rendimiento. Su cocinero ya avisó del tipo de vida que llevaba y el club ya expresó su preocupación y aunque al inicio de su carrera como azulgrana su rendimiento no era un problema, con el tiempo se ha convertido en uno.
Su entorno preocupa especialmente al Barça. El jugador percibe un salario anual de 12 millones y entre sus múltiples gastos está el pago de un salario a uno de sus mejores amigos. El francés da 15.000 euros a su compatriota Moustapha Diatta, que vive en su casa. Diatta jugó en el Dortmund II la temporada 2016-17 como central hasta que Dembelé fichó por el Barça y le siguió hasta la capital catalana. Diatta vive en la ciudad condal y aunque parecía que se preparaba para retomar su carrera, no se lo ha tomado muy en serio pues sigue en casa del jugador azulgrana. A pesar de que se ha comentado que es su agente, no es cierto, solo controla sus redes sociales.
Futuro incierto
Su futuro es incierto, aunque hace un tiempo se consideraba al francés como intransferible, su situación ha cambiado. El club quiere rebajar el gasto de la masa salarial y reducir el exceso de jugadores de la actual plantilla. Dembelé no es imprescindible y podría terminar incluído en algún traspaso. La Juventus y el Barça negocian por Miralem Pjanic y el club italiano ha preguntado por el francés y aunque no quieren quedarse con el delantero sí que estarían interesados en una cesión o un préstamo.
Otro jugador que podría provocar su salida es Neymar. En el club siguen pensando en el brasileño y Demebelé podrñia formar parte de la operación. Quique Setién ya ha confirmado que estaría encantado de trabajar con un jugador como el carioca: "Sin duda estaría muy feliz con poder entrenar a Neymar. Absolutamente. Se trata de un jugador de un nivel excepcional, eso nadie lo puede poner en duda".
Dembelé quiere quedarse en el Barça pero desde el club su futuro ya no está tan claro como a principios de año y mientras otros jugadores como Arthur Melo deciden tomar medidas y mejorar sus hábitos para demostrar que merecen un lugar en el equipo, el francés continúa frecuentando las mismas compañías y no hay pruebas de que haya mejorado su calidad de vida.