La vida de un deportista de élite no es un camino de rosas. Recientemente jugadores como Iniesta, André Gomes o Álex Abrines en el baloncesto han expresado sus momentos de depresión. En el caso de los niños que dejan a sus familias de bien pequeños, sus problemas de soledad se agravan. Es lo que les paso al de Fuentealbilla y a Víctor Valdés.
El portero catalán lo explicó ahora hace 10 años en un programa del Informe Robinson. “Desde los 8 hasta los 18 años para mí el jugar de portero cada fin de semana ha sido un sufrimiento constante de algo que no me gusta hacer y que no entiendo”. De esta forma se llegó a preguntar "¿Porque lo hago si no me gusta?".
De este modo, su estancia en la Masia fue muy dura. Su hermano Ricardo relató como las llamadas que hacía acababan con Víctor Valdés llorando. A los cinco meses de entrar, además, Valdés dejó la Masia y se fue a Tenerife. En aquel momento fue cuando explicó a su familia por la situación que había vivido tras ver a sus antiguos compañeros en un torneo de Brunete y romper a llorar.
A los 13 años volvió al Barça pero igualmente “me horrorizaba saber que tenía partido y que aquellos minutos los iba a pasar fatal”, manifestó el portero por su pánico a fallar. Asimismo aseguró que “a veces me llegaba a imaginar otro tipo de vida”.
Fueron su hermano y su padre quienes le impulsaron a seguir su camino, pero a los 18 años Valdés les explicó que quería dejar al fútbol. Es por eso que accedió a hacer terapia. A partir de allí, el portero detalla que “me ayudo a ver la portería de una manera diferente”.
En 2002 debutó con el primer equipo, pero al cabo de poco volvió al Barça B. Eso provocó que no se presentara en algún entreno y fuera multado, por lo que se tuvo que disculpar públicamente. En la temporada 2003/04 ya se aposentó como titular hasta su salida en diez años más tarde. Asimismo, aseguró que “mi carácter lo he forjado en la Masia”.
En el Barça alcanzó un grandísimo nivel, pero en 2014 decidió que quería irse. Su salida, en cambio, no fue a la altura de su rendimiento a causa de una lesión que lo apartó de los terrenos de juegos. Valdés ya tenía contactos para jugar en el Mónaco, pero la lesión hizo que pasara por el Manchester United, Standard de Lieja y Middlesbrugh.
En esa etapa, además, relató cómo la pasó de forma solitaria recuperándose en Alemania. "La lesión me hizo volver a sentir lo que es la vida no siendo futbolista”, declaró en una entrevista en RCN. Asimismo, manifestó que “Doy gracias a Dios que volví a la vida real, a pagar un café, a tocar monedas, a saber valorar lo que cuesta un ticket de tranvía”.
La vuelta a la Masia
Hace escasamente un año a Valdés le surgió la posibilidad de volver al Barça. Fue el mismo exportero quien llamó a Bartomeu para ofrecerse para entrenar en las categorías inferiores, por lo que el presidente le puso al mando del Juvenil A. Sin embargo, su trayectoria como técnico no fue satisfactoria.
Los resultados, especialmente en la Youth League, y se le añadieron puntos de vista diferentes sobre el estilo de juego y los jugadores que poner sobre el terreno de juego. Esto conllevó a una bronca con el responsable de la Masía, Patrick Kluivert, con el que casi llegan a las manos. Unos días más tarde, Víctor Valdés fue despedido.
Teniendo en cuenta toda su trayectoria, por lo tanto, es evidente que Valdés es una leyenda azulgrana. Brilló en el equipo de Rijkaard de la Champions de París de 2006 y fue el portero del mejor Barça de la historia con Guardiola. Sin embargo, algunas circunstancias como la salida del club como jugador y su etapa como entrenador en la Masia son algunas tacas negras.